El Arte de Vivir 7 (Novela)

LA LEY CERO DEL UNIVERSO

Según él me contó, los principios y las leyes que regían la vida de Philippe tenían su origen en las experiencias que él había pasado en su adolescencia. Resulta que cuando él era muy pequeño tuvo que huir de su casa porque su padre había muerto, y su madre decidió volver a casarse con un hombre que nunca pudo aceptar a Philippe. Así que él tuvo que huir y se encontró con un campesino que lo recogió de andar deambulando en las calles de la gran París.

Philippe me contó que cuando este hombre le tendió la mano, le recordó mucho a los ángeles que él veía en las iglesias, pero no sabía por qué, si todos los ángeles que se pintaban en las iglesias tenían la piel rosada y este señor la tenía más bien negra. Pero había algo en él que era enigmático, con el tiempo aprendió a llamarlo padre. Cada vez que me hablaba de él se le inundaban los ojos de llanto, era de hecho lo único que podía desestabilizar a Philippe en su eternamente feliz estado de ánimo.

-Te voy a explicar exactamente las leyes como me las dijo mi padre, porque no debes olvidar ninguna de ellas, ni tampoco deseo que se vaya a cambiar el significado de alguna -me dijo Philippe.

-Las Leyes del Universo son inviolables, nadie las puede violar, ni Dios mismo, puesto que de otra forma, ¿qué sentido hubiera tenido hacerlas?. Representan principios universales sobre los que se construyó el universo entero. Rigen a los astros y a los hombres y por supuesto han existido mucho antes de que las estrellas estuvieran en el cielo, y existirán mucho después de que los hombres hayamos acabado nuestro paso por esta Tierra.

-La primera ley es la "Ley Cero" y tiene que ver con el origen de todo lo que existe en la creación. Se representa con un cero. Y explica que en el principio no existía nada, sólo el vacío absoluto lleno con la presencia de Dios. El cero debe recordarte que el Universo es un gran espacio encerrado por una línea de forma esférica, su extensión es infinita, pero finalmente está limitado por una frontera. Es tanto como decir que Dios tiene capacidad para seguir creciendo y además abarcarlo todo.

-Vaya, yo sé bien que tendrás muchas preguntas, que lo que te estoy diciendo seguramente te sonará muy extraño y no podrás asimilarlo la primera vez, pero ten en cuenta que lo que estoy diciéndote tiene que ver con describir a Dios y al origen de todo el universo, ¡Esto no tiene nada de sencillo¡

Yo no entendí ni la idea, ni la intención que él perseguía cuando me lo explicó, pero era mi deber mantenerme en silencio porque él me decía que mientras mi mente se ocupaba de generar preguntas, se le estaban escapando las respuestas -las preguntas hacen floja a la mente, que se olvida de pensar- decía él con frecuencia -¿Cómo vas a descubrir tus propias respuestas si no dejas de hacer preguntas? lo que busco es que tú encuentres las respuestas dentro de ti, no que yo te dé las mías, ¿no ves que de nada sirve que tú y yo pensemos igual? ¿dónde, entonces, está la riqueza de poder compartir lo que sé, contigo, si en lo único que te voy a convertir es en una copia de mí mismo?

Cuando con el tiempo aprendí un poco de lo que él trataba de explicarme, comprendí que la intención de todo el proceso tenía una profundidad más allá de lo que hubiera podido imaginar, ¡Yo me estaba convirtiendo en el último eslabón de una larga cadena de iniciados que poseían una de las claves del universo¡