Reflexiones desde lo interno

Un espacio de reflexión sobre el mundo y la sociedad que todos formamos. Un espacio de crecimiento y aprendizaje. Un lugar donde podemos mirar desde otra perspectiva lo que a todos nos afecta. Un lugar para pensar en lo que trasciende.

Nombre: Alonso
Ubicación: Monterrey, Nuevo León, Mexico

Soy físico de profesión, aunque trabajo como consultor de empresas en el área de calidad. En este blog ustedes podrán encontrar cuentos, reflexiones, una novela (El Arte de Vivir) que escribí hace tiempo y que hasta ahora no se ha publicado así como las narraciones de Maite, una gran escritora que con sus palabras nos enseña a ver con el corazón. Mucho agradecería que tomen un tiempo para hacernos llegar sus comentarios a: alonsogzz33@hotmail.com Si desean contribuir con algún comentario o reflexión sólo mándenlo y nosotros con gusto lo incluiremos.

viernes, diciembre 01, 2006

El Arte de Vivir 35 (Novela)

LA PRUEBA DEL AGUA

Cuando ya iba avanzando en mi camino de manera decidida, mis instructores me informaron que Papa Mayo quería hacer una reunión en el monasterio, a la que debía asistir. Esto me extrañó, pues no era alguna fecha especial que mereciera nuestra atención, ni tampoco algo que obedeciera a alguna configuración estelar. Me apresté a ir.

Durante la reunión, Papa Mayo se veía como siempre, sereno y de muy buen humor. Uno no podía más que admirar a este gran personaje de la cultura mexicana que tanto había hecho por este gran pueblo, sus encarnaciones y trabajos lo habían convertido en deidad, pues se le reconocía como el Dios del Maíz entre la mitología de los mayas, y había sido uno de los grandes precursores de los derechos humanos entre los mexicanos antiguos. Poco se conoce de la historia social de los pueblos antiguos, pero ellos también sufrieron por tener reglas injustas y derechos civiles muy escasos, y aún en la antigüedad los seres espirituales habían trabajado en áreas tan importantes como los derechos humanos y las bases de una economía sana.

Papa Mayo me recibió en la sala desde donde dirigía al monasterio, la Gran Rectoría; ahí, me pidió que me sentara y le platicara cuáles eran mis impresiones acerca de la forma como estaba organizado el monasterio y mis experiencias en el trabajo de Shamballa.

Por supuesto que le contesté que estaba muy a gusto y que mis más altos sueños se habían realizado con mi estancia entre ellos.

Cuando le hube contado todas mis impresiones, Papa Mayo me explicó que el tiempo para que pasara mi prueba del agua se estaba acercando y que tenía una sugerencia para mí.

Era al parecer una costumbre que la prueba del agua se tuviera que pasar, no dentro del Castillo ni del monasterio, sino en medio de la sociedad humana; y ahora se me estaba pidiendo una misión en la Tierra.

Para mí eso fue una novedad, pues pensé que una vez que llegábamos ahí nunca más volvíamos a la Tierra, al oír la petición, la sorpresa se reflejó en mi rostro; pero Papa Mayo me tranquilizó diciendo que era voluntaria, que mi misión podía posponerla o bien esperar a que hubiera otra más adelante. Yo le dije que estaba dispuesto a tomarla y que seguiría adelante. Papa Mayo, tomó un respiro y empezó a presentarme mi misión.

La llamada de Papa Mayo me llenó de expectación, la verdad es que siendo él uno de los personajes más admirados en Shamballa por ser el responsable de uno de los monasterios que los Maestros tenían en la Tierra con el acceso directo, era una figura reconocida en los Círculos Espirituales de toda la Tierra. Su fama se extendía por todo el mundo sin que ello hiciera mella en su humildad y su sencillez de pensamientos y forma de dirigirse a uno. La característica que más se le reconocía era la disciplina con que hacía sus trabajos y la manera tan sencilla como resolvía todos los asuntos por más complicados que parecieran.

Papa Mayo me explicó que la misión que me deseaba proponer era una especialmente importante para el norte de México. Normalmente, cuando se trabaja en misiones de índole espiritual, es común que el trabajo se vea a la luz de las repercusiones que tendrá a futuro, así el candidato que trabaja puede tener todos los elementos de juicio para decidir correctamente el curso de las acciones.

Por ese entonces se estaba gestando en el norte de México una nueva revolución que tenía que ver con el descontento de los mexicanos por la forma como eran tratados por el poder central del gobierno. Esto tenía implicaciones que podían resultar graves, porque de producirse una guerra intestina adicional a la que ya se estaba dando por el descontento de los mexicanos con el gobierno del general Porfirio Díaz, la parte norte del país podía pensar en separarse de México y daría entrada a que otros países que se creían con derecho sobre México, como Francia y estados Unidos, intervinieran y se desatara una guerra de enormes proporciones.

Dado este escenario, mi función sería tratar de impedir que este movimiento tuviera lugar y a la vez poder convencer a los gobernantes de que todo iba a resultar bien para el país.

Lo que me estaba proponiendo Papa Mayo era acercarme como médico a la familia de los influyentes políticos y revolucionarios de México y poder estar muy cerca de donde se tomaran decisiones para poder tratar de influenciar. La forma como me presentaría sería como un acaudalado hombre de medicina que por mi alta cultura podría influir en el pensamiento de los políticos.

El tiempo que tenía no era mucho, por esa razón debía darme prisa. Algo que Papa Mayo agregó al final de su entrevista era que uno de sus enviados había tenido problemas y por esa razón tenía que enviarme a mí, al preguntarle qué problemas había tenido, me comentó que al tratar de cumplir con lo que ya me había encomendado a mí, había despertado la desconfianza en los hombres cercanos al gobernador y lo habían hecho prisionero, ahora estaba inutilizado en la cárcel, pero de eso no debía preocuparme pues él se iba a encargar de sacarlo de ahí. Mi misión se reducía a tratar de que los movimientos secesionistas del norte de México se disiparan.

En mi auxilio iba a contar con algunos hermanos que también tenían contacto con Shamballa aunque no eran trabajadores permanentes, eran más bien discípulos que durante las noches se les instruía en sueños, hombres de alta espiritualidad, y de un gran corazón. Uno de ellos médico y el otro responsable de la educación en el estado de Nuevo León. Ellos se esperaba que me reconocerían y podrían ayudarme en el momento en que me vieran, para ellos esta oportunidad representaría un gran avance en su trabajo personal y podrían en el futuro convertirse en dignos trabajadores del mundo interno, por ahora eran discípulos a quienes al igual que a mí, iban a ser sometidos a una prueba importante por el mundo espiritual.

El plan detallado de los acontecimientos se fue dando en las siguientes sesiones directamente con Papa Mayo. Durante esos días trabajé estrechamente con él tratando de anticipar todas las posibles opciones en que se podrían presentar los acontecimientos; y estuvimos estudiando a todos los actores políticos de ese entonces, desde sus aspectos psicológicos y familiares, para estar mejor preparado para acercarme sin que me vieran como alguien que se estaba entrometiendo en sus vidas tanto políticas como familiares.

Después de algunos días de estar estudiando todos los detalles, se me informó que la hora de partir estaba próxima y que debía tener en cuenta varias cosas.

Lo primero, era que durante todo el tiempo que durara la misión, la ayuda que tendría de Shamballa iba a ser limitada. Algunas cosas que yo podía hacer acá, no iba a ser posible realizarlas fuera del monasterio, para que se entienda este punto debo aclarar que la vida en el monasterio era por demás sorprendente, podíamos tener acceso a los pensamientos de todos, sabíamos lo que iba a pasar en los siguientes momentos, era como tener un conocimiento bastante claro del futuro inmediato, porque todo era transparente para nosotros, también las intenciones de aquellos con quienes estábamos era muy clara para todos. Las necesidades del cuerpo se disminuían, vivíamos muy espiritualmente, y todo eso no iba a ser posible en el terreno del trabajo en la Tierra, la alimentación era diferente así como las energías de los hombres , todo eso iba a cambiar.

En segundo lugar, otro aspecto que iba a ser crítico es que una vez adaptado a las condiciones de la Tierra, el regreso también iba a ser lento, no inmediato. Aún cuando yo tuviera ya la experiencia de trabajar en Shamballa, debía de pasar por etapas de recuperación que me permitieran poder tener el equilibrio que ya habría seguramente perdido.

En tercero y último lugar me hablaron de los riesgos del trabajo. En toda misión siempre existe el riesgo de perder la vida y por lo mismo de que se entorpezca la misión personal y por supuesto la que nos fue asignada. Esto podría tener consecuencias, que si bien no son grandes, nos entorpecen nuestro plan personal de evolución. Sin embargo, el mayor riesgo consistía en que el trabajador adquiriera un karma mayor que el que se requiere para regresar a Shamballa. Alguna acción que uno emprendiera erróneamente, podría tener algunas consecuencias que a la luz de la historia podría tener asociado un karma tan grande que no podríamos entrar a Shamballa sin antes tener que limpiar nuestras auras, esto me alejaría de Shamballa al menos por dos encarnaciones. Ese era el riesgo más importante que debíamos tener en cuenta cuando trabajábamos en una misión importante en la Tierra.

Cuando supe de todos estos riesgos, Papa Mayo observó algo en mi cara o tal vez en mi aura, y me mandó a meditar dos días para que me preparara para mi misión, al cabo de los cuales me iba a volver a preguntar si estaba dispuesto a intentarla; si era así, entonces partiría al tercer día. Con esos pensamientos me retiré a meditar como era el consejo de Papa Mayo.

Alonso


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