El Muro
-Éste es por Juan... éste es por Pedro... éste es por María...
-¿Qué haces?
-Estoy poniendo ladrillos ¿no lo ves?... para eso nos pagan ¿no?.
-Sí, claro. Está buena esta chamba. De perdido vamos a estar jalando hasta Febrero o Marzo ¿no crees?
-Pues sí, tuvimos suerte.
-Pero ¿por qué decías, para Juan... o Pedro?
-¿Sabes cuántos ladrillos se van a necesitar para levantar este muro de mil doscientos kilómetros?
-No, no me lo imagino.
-Ni yo... pero me preguntaba si serían más los ladrillos que todos los mexicanos y latinos que estamos por acá.
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-¿Oíste la declaración de Bush?
-¿Qué dijo?
-Que hoy, el país, es más seguro que antes. Que esta guerra contra el terrorismo la estamos ganando.
-Qué bueno. Yo sí confiaba en los republicanos, hay que demostrar a esos criminales que no nos van a ganar, que la justicia siempre triunfa. Ellos no nos van a quitar nuestras libertades que por tanto tiempo hemos defendido. Y a propósito... ¿tú que crees?
-Yo creo que tiene razón. Fíjate: Ahora las autoridades están vigilando todas las comunicaciones que se hacen en los Estados Unidos, cualquier cosa que se diga que tenga que ver con el terrorismo va a ser detectada, ya sea por teléfono, internet o correo. En los aeropuertos te vigilan hasta los zapatos, te checan las ropas y no puedes andar por ahí con bolsas sospechosas. Eso está bien. De esa manera vas a estar seguro en esos lugares. Incluso ya tenemos claro que de ser necesario la fuerza aérea derribaría un avión en caso de que nos amenazara, aunque tuvieran que sacrificar algunos civiles. Tampoco puedes meter en los transportes cosas que puedan ser motivo de sospechas, tenemos un sistema de alarmas tan efectivo que a la cualquier señal por mínima que sea nos avisan y corremos rápido a ponernos a salvo. El correo es vigilado por si trae cosas que puedan ser venenosas o infecciosas. Las plazas tienen circuito cerrado para que nadie haga cosas malas, el gobierno nos protege en otros países por si algún renegado nos amenaza ¿ya ves que en varios países no les gusta lo que está haciendo nuestro presidente? En resumen, habiendo asegurado los cielos, ya nada más nos falta asegurar la tierra y para eso vamos a levantar un muro que evite que algún terrorista se nos pueda colar.
-¡Vaya! creo que tienes razón. Ahora si podremos seguir siendo el país de las libertades.
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-Mamá. ¿Cuándo va a venir mi papá?
-¡Hay hijita! Ya pronto. Ten paciencia.
-Así me dijiste hace un mes y no ha venido. Ya no te creo.
-Sí, de verdad. Esta vez ya me dijo que va a venir pronto. El gobierno le prometió que ahora que regrese de la guerra le van a dar el permiso definitivo para que podamos vivir aquí.
-Pero, ¿por qué tenemos que vivir aquí? ¿por qué no nos vamos a México? Allá no necesitamos escondernos.
-Sí, es cierto, pero tu papá trabaja acá, allá no hay trabajo. Por eso tuvimos que venirnos para acá. Tú ya lo sabes. Ya te lo había dicho.
-Mami ¿te puedo preguntar otra cosa y no te enojas?
-No me enojo hija... me desespero, porque no tengo las respuestas que tú quieres oír.
-Todos los que vivimos en este barrio hablamos español. Todos los amiguitos que tengo, son iguales que yo, sus papás también son de México o de otros países, ninguno de nosotros roba, no somos delincuentes. Todos los papás trabajan. Las maestras de la escuela son latinas, las señoras de las tiendas también. Somos más nosotros que ellos. ¿Por qué entonces nos quieren regresar? ¿quién trabajaría en todos los lugares?
-Hay, hijita... no lo sé. Yo creo que el gobierno, pero Martín tu tío, dice que ahora que levanten el muro, va a ser más difícil que nos regresen.
-¿Por qué?
-Porque alguien tiene que construir el muro.
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-Bueno niños ya que estamos aquí en nuestro día de campo permítanme explicarles la lección de ciencias naturales. Primero los quiero a todos sentados.
-Maestra... ¿por qué nos trae al parque nada más ahora? ¿no podemos venir más días?
-Ahora nos toca la lección de ecología. Tengo que explicarles cómo viven los seres vivos. Por eso los he traído al campo. ¡Miren! ¿Ven esos patos?
-¡Sí!
-Pues van volando hacia el sur. Ya sienten que viene el invierno.
-¿Y las mariposas, maestra? ¿también vuelan hacia el sur?
-¡Claro! Muchos animales vuelan cada año de un lugar a otro como parte de su ciclo de vida y después regresan a donde vivían.
-¿Y los microbios maestra? ¿también ellos vuelan al sur?
-Si te refieres a los microbios que nos enferman. No, ellos no vuelan hacia el sur. Ellos pueden volar para el norte, para el sur, para cualquier lado. Ellos no tienen barreras.
-Oiga maestra ¿en México tienen otros animales diferentes a los de nosotros?
-No, ellos tienen los mismos animales que los que tenemos aquí en Estados Unidos. Nosotros compartimos con ellos el mismo suelo, tenemos los mismos climas por lo tanto, lo que ellos tienen se parece mucho a lo que tenemos nosotros.
-¿Y tienen también las mismas flores?
-Exactamente las mismas flores.
-Y si los animalitos pueden pasar de aquí para allá y de allá para acá... ¿por qué entonces tenemos ese muro que se ve allá?
-No Steve, ese muro no es para detener a los animalitos. Es para detener a las personas.
-¿Las personas? ¿nosotros no podemos pasar para allá?
-No Steve, nosotros sí podemos pasar para allá. Ellos son los que no pueden pasar para acá.
-¡Ellos no pueden pasar! ¿por qué?
-Steve, mejor, seguimos esta plática en otra ocasión creo que ya va a empezar a llover, y mejor nos damos prisa para llegar a la escuela.
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Y así, mientras las horas transcurren lentamente en el pueblo, arriba en el cielo, una parvada de patos vuelan del norte hacia el sur en su anual huída del invierno... cuando uno de ellos tiene una de esas urgencias digestivas que sin darle tiempo a buscar un buen lugar suelta su carga sin mirar siquiera hacia abajo al pobre agente aduanal que con una mirada seria y sugerente los mira alejarse mientras se limpia la travesura que cayera en su cabeza con el blanco pañuelo que su esposa le entregara en la mañana.
Alonso
