Reflexiones desde lo interno

Un espacio de reflexión sobre el mundo y la sociedad que todos formamos. Un espacio de crecimiento y aprendizaje. Un lugar donde podemos mirar desde otra perspectiva lo que a todos nos afecta. Un lugar para pensar en lo que trasciende.

Nombre: Alonso
Ubicación: Monterrey, Nuevo León, Mexico

Soy físico de profesión, aunque trabajo como consultor de empresas en el área de calidad. En este blog ustedes podrán encontrar cuentos, reflexiones, una novela (El Arte de Vivir) que escribí hace tiempo y que hasta ahora no se ha publicado así como las narraciones de Maite, una gran escritora que con sus palabras nos enseña a ver con el corazón. Mucho agradecería que tomen un tiempo para hacernos llegar sus comentarios a: alonsogzz33@hotmail.com Si desean contribuir con algún comentario o reflexión sólo mándenlo y nosotros con gusto lo incluiremos.

miércoles, noviembre 29, 2006

México Secuestrado

Cuando la razón es nublada por las emociones. Cuando el beneficio que se cuida es el propio o el del partido antes que el de México. Cuando las ideas personales son suplantadas por las de los intereses del grupo. Cuando se olvida el compromiso con el pueblo y en su lugar sólo queda el compromiso para con los líderes del partido... entonces el político se ha corrompido y ha perdido el rumbo y la oportunidad de servir a un pueblo.

Cuando una sociedad se ve atrapada por la misma camarilla que eligió para que lo gobernara, cuando no encuentra mecanismos adecuados para defenderse de aquellos que lo deben defender, cuando no existen medios que le permitan llamar a cuenta a quienes lo defraudan e ignoran el mandato del pueblo expresado en las urnas. Entonces el pueblo va a encontrar los medios para expresarse y no serán los tradicionales.

Cuando esa misma camarilla se erige en mafia para autoasignarse bonos, prebendas, protegerse los unos a los otros en sus delitos, convertir la máxima tribuna de todo México en una arena donde se debaten no las ideas sino los egoísmos y los cuerpos hinchados por toda una vida de inacción y de medrar como moluscos del presupuesto que los mexicanos hemos depositado en sus manos para convertirlo en obras y repartirlo equitativamente entre la sociedad. Entonces no queda otro remedio que iniciar una reforma estructural que cuestione y recuestione lo que antes habíamos dado por sentado. Reforma que de no hacerse por las vías pacíficas se transforma inevitablemente en revolución.

Si tenemos una de las democracias más caras de l mundo, si nuestros políticos están entre los mejores pagados del mundo, si el fuero que gozan no sirve mas que para esconder a los líderes sindicales corruptos y para premiar a los que antes delinquieron para llevar a ciertos políticos al poder.

Si estamos obligados a convivir en las calles con aquellos que han comprado casas en Francia o en Estados Unidos, o que tienen el honor de haber sobornado a empresarios, haber sido protagonistas en videos más vistos que las películas de Hollywood, entonces hemos de aceptar que como sociedad nos hemos degradado.

Si ya no nos escandaliza el teatro de San Lázaro, si podemos aceptar que haya asesinatos todos los días pensando ingenuamente que eso sólo les pasa a los que ya han sido tocados por el mundo de las drogas. Si nuestros periodistas sólo buscan la nota del día y olvidan que son ellos en gran medida los interlocutores de la sociedad. Si sólo se contentan por buscar la nota que escandaliza, o el exabrupto del momento. Entonces como sociedad hemos sido abandonados.

Los políticos ganan, su sueldo está asegurado y lo que los mantendrá arriba será el servicio que presten a sus líderes. Los periodistas están pasando por su mejor momento, hoy hay muchas noticias que se pelean su lugar en las primeras páginas.

Los partidos se reparten el poder, se pelean entre ellos, no por el voto de la sociedad, sino por las cuotas que por negociación se consigan. El PRI a pesar de haber perdido ganará por negociación con el PAN, el PAN a pesar de haber ganado tendrá que conceder muchas cosas si quiere gobernar, el PRD a pesar de haber conseguido su mejor papel en la historia castiga a México y se somete a un caudillo de muy dudosa honestidad política. Entre todos se cubren sus pecados a cambio de no desnudar los propios.

Estos 3 partidos y los otros con los que están aliados comparten un presupuesto de miles de millones de pesos que nosotros hemos asignado, o mejor dicho, que nuestros propios políticos se han asignado porque son ellos quienes lo aprobaron y se lo incrementan año con año.

La pregunta es: ¿cómo escapar de este secuestro si no hay quién pague el rescate?



Lic. Jesús Alonso González

PD. Aunque este es un tema muy propio de México y del momento actual, siento una responsabilidad por decir lo que pienso y ojalá haya otros que hagan lo mismo.
Disculpas por aquellos que no viven la realidad de nuestro país.

El Arte de Vivir 34 (Novela)

EL CASTILLO DE SHAMBALLA


Yo había escuchado de Shamballa muchas veces, así llamaban al lugar donde ellos tenían sus sesiones de trabajo. Cuando les comenté que me parecía un desperdicio la vida que llevaban, ellos se rieron y me explicaron que la verdadera ocupación de ellos no se podía realizar en la Tierra, que tenían que asistir a otro lugar donde el trabajo pudiera ser más efectivo. Ese lugar era Shamballa.

Joaquín me sonrió como de costumbre y me repitió. --Bienvenido a Shamballa, -Lo lograste”

-¿Qué logré?

-Lograste entrar a Shamballa. Ahora ya puedes venir cuantas veces desees, podrás venir a trabajar con nosotros en las cosas importantes de la orden.

-¿Aquí es donde ustedes trabajan?

-Así es, aquí no gastamos tantas energías como en el plano físico, aquí nos pasamos la mayor parte del tiempo y desde aquí distribuimos el trabajo y llevamos el registro y el control de su avance. Aquí no envejecemos ni nos cansamos, aquí puedes pasarte horas y horas trabajando sin que nadie ni nada te interrumpa; ni el hambre ni el cansancio. El tiempo se contrae, así que puede parecer que has estado trabajando por días completos y en realidad lograr avanzar días completos, y cuando regresas a tu cuerpo resulta que sólo has estado fuera algunas horas.

-Un momento, -pedí, -¿Quieren ustedes decir que yo no estoy realmente aquí, sino que estoy soñando?

-Lo que queremos decirte es que lograste pasar la Prueba de la Tierra y que ya estás listo para trabajar con nosotros en estos niveles. De hoy en adelante muchas cosas te serán fascinantes, y lo más importante, te sentirás más vivo que nunca. No estás soñando en el sentido literal de la palabra, pero podríamos decir que estás usando otro de tus cuerpos.

Nuevamente me quedé estupefacto, yo sabía que teníamos varios cuerpos localizados en diferentes dimensiones, pero de ahí a que uno pudiera tomar conciencia de lo que uno está experimentando en otro de sus cuerpos, hay una gran distancia.

-¿Qué es lo que vamos a hacer ahora?

-Antes que nada, necesitamos presentarte a tus compañeros, les va a dar mucho gusto saber que ya has llegado. Como puedes suponer todos te esperábamos y tus estancias en el río eran vigiladas con mucho cuidado. Debes saber que eres el primero en hacer todo un plan para enfrentarte a la sombra que camina en el río, nos divirtió mucho cuando trataste de navegar sobre la tierra, has sido todo un caso digno de estudio y admiración.

-¿Por qué?, ¿nadie antes había intentado acercarse en la balsa?

-¡Por Dios, no!, la mayoría de nosotros casi morimos de miedo cuando la silueta aparece. Y en la mayoría de los casos, la silueta tiene que hacer el esfuerzo de llamarnos, en tu caso tu fuiste el que la llamaste, eso habla bien de ti.

Nos fuimos caminando por los corredores que había localizados entre las puertas del gran salón circular y pronto estuvimos reunidos en una gran habitación donde estaban una buena parte de mis compañeros del monasterio, pero también había otros personajes a quienes no conocía.

Joaquín y Sebastián se acercaron a cada uno de ellos y me presentaron como Miguel, el de Inglaterra.

Supe que había hermanos que nunca bajaban a la Tierra, supe que algunos de ellos ya no pertenecían más al reino de la Tierra, trabajaban en misiones especiales y trabajos que tenían que ver con el futuro de toda la raza. Algunos otros estaban dedicados a promover ciertos pensamientos entre algunos humanos, y los alimentaban y los llenaban de inspiración para que pudieran seguir su camino. Cada cosa que veía me parecía asombrosa y llena de encanto. Nunca como ahí pude ver la importancia del trabajo telepático que desarrollan los maestros en beneficio de la raza humana. La mayoría de las ideas que aparecen en la Tierra tiene su origen en estos planos pero nunca se toma así, es la raza humana la que piensa que las ideas provienen de ellos mismos.

Fue en realidad hermoso poder estar ahí y aprender todo lo que aprendí en esos pequeños ratos.

Cuando me pidieron que regresara, fui acompañado por mis dos grandes amigos y fue grande mi sorpresa al darme cuenta de que mi cuerpo seguía dormido en la base del encino que se encontraba en la orilla del río.

Me desperté y salí rumbo al monasterio sólo para darme cuenta de que la mayoría de mis hermanos monjes se había quedado en Shamballa, y sólo se encontraban el mínimo de mis compañeros ocupándose de las labores domésticas de la mansión.

MI rutina de trabajo cambió literalmente de manera total. Ahora ya me encargaban ciertas cosas que antes sólo escuchada a escondidas. Empecé a ser considerado como uno de los de ellos, y eran más abiertos conmigo ya que podían hacer comentarios acerca de las labores que desarrollaban más en Shamballa. Me enteré, no sé si desde antes era así, o es que yo empecé a fijarme en los espacios de tiempo que pasaban mis compañeros monjes en Shamballa; pero ahora yo sabía que había varios de ellos que prácticamente vivían allí, sus cuerpos yo los veía en el monasterio sólo durante algunas horas por semana, pero la mayor parte del tiempo se la pasaban allá. De hecho algunos de ellos cuando los veía en el monasterio me sorprendía tanto, pues pensaba que era de los que vivían allá y no aquí.

Poco a poco me fui dando cuenta que la vida en el monasterio era en realidad en dos planos, y que no debía asombrarme que algunos de ellos se la pasaran la mayor parte del tiempo allá y otros, como yo, solo unos cuantos ratos al día.

Las primeras tareas que me asignaron tenían que ver con el reconocimiento del castillo de Shamballa, me mostraron todas sus construcciones y me explicaron que el castillo no estaba construido por las reglas normales de la construcción, sino más bien siguiendo un código secreto de las líneas de fuerza que se deseaban manifestar en el medio-plano que separa la Tierra del Cielo. Esto significaba que cada una de las aristas del castillo era construida no con materiales etéricos o mentales, sino por la propia fuerza en sí que llegaba a la Tierra. Cada línea de fuerza era en realidad la manifestación perfecta de la propia fuerza a su arribo a la Tierra. El secreto para poder mantener unidas a tantas diferentes fuerzas en un todo coherente, y además hacerlas visibles en sólo aquellos tramos que requería la construcción, era una obra alquímica que los maestros habían realizado con el poder de su amor.

Para poder entender esto, Joaquín me dio un ejemplo, suponte que deseas formar una figura en el hielo, el hielo está presente en todo el espacio, tú lo que tendrías que hacer sería trazar una línea con alguna vara o cuchilla, ¿no es verdad?, sería tanto como hacer visible en medio del hielo algo que ahí estaba antes, la visibilidad viene del hecho de que con tu mano y un instrumento hiciste una hendidura en el hielo, aquí funciona de la misma manera, las energías están, pero sólo cuando la mente de los grandes seres trabaja, se pone de manifiesto la maravillosa arquitectura del castillo.

Lo realmente impresionante es que dado que las fuerzas son cósmicas y están cambiando constantemente, la arquitectura del castillo cambia constantemente. Las habitaciones grandes son más o menos constantes por espacio de muchos años, pero las pequeñas y los corredores son variables, y de hecho si buscas alguna explicación de cómo es que están soportadas las paredes o los techos, observarás que lo están, pero no siguiendo las leyes de la mecánica física que siguen las construcciones de la Tierra, sino más bien, siguiendo un orden oculto. Pero para nuestros fines son excelentes y tan firmes y sólidas como cualquier construcción de la Tierra.

Yo estuve de acuerdo y poco a poco empecé a enrolarme en las actividades propias de Shamballa, había que empezar el día con oraciones y rituales de bienvenida que eran más bien un proceso de armonización interior con las energías de Shamballa. Había que cuidar una dieta especial altamente energética antes de ingresar a Shamballa, y por supuesto había todo un ritual de salida que teníamos que respetar para efecto de poder trabajar dentro de sus paredes.

El castillo contenía una sala de pergaminos donde estaba escrita toda la historia del mundo y su plan maestro a desarrollar, el pasado lo podíamos consultar todos, el futuro solo podían consultarlo ciertos hermanos que estaban a cargo de la evolución de la raza humana. Me explicaron también que lo que había en esos pergaminos del futuro no eran los hechos en si, sino más bien, el plan maestro de evolución.

Me dijeron que el Libre Albedrío de los seres humanos es algo sagrado para respetarse y es la mayor herramienta con que contamos para medir la evolución de la humanidad. Pero los grandes seres consultan para seguir la evolución y hacer las posibles correcciones que pudieran ser necesarias en este camino que la humanidad está llevando.

La Comunidad de Shamballa era una comunidad de hermanos dedicados todos a servir, lo más hermoso del trabajo ahí era la impresionante disposición de todos a cooperar con todos cuando alguien necesitaba de algún favor. Como era de esperarse, al momento de llegar yo a Shamballa, me convertí automáticamente en el hermano más atendido de todos ellos, de hecho a Shamballa, llegaban multitud de visitantes de toda la Tierra, pero en calidad de visitantes. Es decir, si pudiéramos clasificar al personal que se veía en Shamballa, tendríamos que clasificarlo de la manera siguiente:

1) Los trabajadores de Shamballa. El cuerpo operativo de seres que ahí trabajaban y que su principal responsabilidad era lograr que ese lugar funcionara como “El Centro Donde la Voluntad de Dios es conocida”, que es la frase con que de manera oculta se referían los textos al castillo. A este grupo pertenecíamos nosotros.

2) Los Hermanos que eran invitados como trabajadores temporales. Estos eran hermanos que por misiones especiales eran invitados a colaborar en algunas operaciones por alguno de los Maestros que ahí trabajaban, y su estancia con nosotros era limitada. Podría ser durante algunas horas en el día, o por varios días, esto en sólo algunos casos contados, y después se retiraban.

3) Los Hermanos del Espacio. Quienes nos visitaban frecuentemente para colaborar en labores de muy alta significación, muchas veces, como parte del Plan de la Humanidad que en Shamballa se seguía y que requería del manejo de ciertas energías que no eran locales de nuestra familia solar, sino más bien de otros sistemas solares vecinos; entonces nos visitaban como auxilio para poder ayudarnos en el manejo y sembrado de la fuerza.

Por “sembrado de la fuerza” se debe entender que cuando una fuerza no pasa por donde la Tierra se desplaza, se deben hacer ciertas operaciones para poder lograr un manejo adecuado y la atracción de la misma hacia la Tierra; para ello se requiere que alguien con un poder muy especial venga a la Tierra y efectúe unas operaciones sobre el Espacio-Tiempo que podríamos llamar pequeñas “ventanas” cósmicas, por donde es posible atraer a las fuerzas, y después dejar en alguna parte de la Tierra algún “atractor de esas fuerzas” que generalmente son yacimientos de metales vibrados de manera especial o bien conformaciones de rocas o de terrenos que por sus cualidades magnéticas pueden fungir como gigantescos imanes que permiten anclar a las fuerzas al campo terrestre.

4) También estaban los visitantes ocasionales. Casi todos discípulos que por alguna razón llegaban de pronto a Shamballa, muchas veces como fruto de un esfuerzo personal, y otras como parte de un entrenamiento que sus maestros les daban para prepararlos para una misión especial. Casi siempre en estos casos, a los llegados los atendíamos de mil formas y les dábamos mensajes en símbolos o con frases que sabíamos que los iban a impactar cuando despertaran. En fin, era una de las tareas que más me agradaban porque yo sabía bien lo importante que es para un discípulo el venir por primera vez a Shamballa y sentir que eso es un gran logro para su evolución.

5) También teníamos visitas de trabajadores de otros santuarios de la Tierra que operaban en lugares etéricos. Pues así como Shamballa opera desde los planos etéricos , así también hay otros lugares que trabajan de la misma manera pero con fines más específicos; por decir, Shamballa recibe la Voluntad de los Cielos y luego la transmite a una serie de puntos especiales que están distribuidos por toda la Tierra (en los planos etéricos), estos lugares pueden o no tener una contraparte en el Plano físico, algunas veces, la contraparte física de estos santuarios etéricos vienen siendo escuelas antiquísimas que mantienen por amor hacia la humanidad el anclaje del santuario etérico; otras veces son las pirámides o “lugares de poder” los que actúan como centros de anclaje de estas fuerzas.

Siempre hay encargados de estos centros que funcionan en el mundo etérico, y es a los que se conoce como la Gran Hermandad Blanca. Ellos, junto con todos los del Círculo Interno formamos la Gran Hermandad Blanca, que en términos prácticos quiere decir: “Los que somos trabajadores conscientes del plan bajo el cual trabaja la humanidad para lograr cumplir su labor en el universo”.

6) Finalmente, tenemos a otro grupo de seres que sin ser hombres, también están presentes con funciones específicas entre las filas de Shamballa, me refiero a los Ángeles, a los Devas, a los seres que pertenecen a otras dimensiones de existencia y que ocasionalmente llegan a Shamballa atraídos por los operaciones que hacen un grupo de nuestros hermanos dedicados al trabajo con los otros reinos del universo.

A grandes rasgos creo haber cubierto a todos los seres que es posible ver aquí en Shamballa, pero tal vez me halla faltado algunos.

Shamballa es un lugar hermoso, es el paraíso del que tanto hablan los místicos de todos los tiempos. Desde que llegué aquí lo que hago primero al levantarme y lo último al acostarme es agradecer infinitamente a Dios, casi siempre con lágrimas en los ojos, la oportunidad que me da de estar aquí aprendiendo de tan grandes seres.

Mis reuniones eran casi siempre en la sala de pergaminos o biblioteca que ya les había mencionado antes. Ahí Joaquín y Sebastián tenían a su disposición toda la información necesaria para instruirme, el lenguaje en que estaban escritos los pergaminos era un lenguaje universal, algo que la Tierra no conocerá sino hasta llegados los tiempos en que el reino de Dios se manifieste en la Tierra.

Yo no era el único que estudiaba los manuscritos, había una serie de hermanos haciendo sus propias investigaciones, algunos buscaban en la historia las razones por las que la humanidad había tomado ciertos rumbos, y lo más importante, por qué es que algunas pequeñas comunidades se habían despegado tanto de la evolución del común de la humanidad, siguiendo rumbos por demás caprichosos.

Una preocupación constante entre los hermanos de Shamballa era tratar de tener a toda la humanidad dentro de ciertos parámetros de evolución que les permitiera guiarlos por el mismo sendero. Sin embargo, amén de las diferencias sociales derivadas de las condiciones geográficas y climáticas que pudieran tener los distintos países, había ciertas comunidades que tenían su propia historia y que les imprimían una serie de características extrañas y diferentes a las del resto de la humanidad. Esto pudiera ser o no un problema, pero siempre era materia de estudio por los hermanos de Shamballa.

Ahí se planeaba también la mejor manera de interactuar con los seres humanos, generalmente se tenían varias formas de hacerlo, y dependiendo de las características de la misión que se proponían emprender, estos acercamientos de Shamballa a la humanidad se podían hacer de las siguientes maneras:

a) Mandando a un trabajador hacia esas regiones, alguien que ya estuviera consciente de la labor necesaria y que estuviera viviendo en las cercanías. Esto implicaba el conocimiento del idioma, las costumbres, etc.

b) A veces esto no era posible porque las comunidades en las que se quería trabajar eran muy cerradas o agresivas, habíamos tenido experiencias donde habíamos perdido a varios hermanos tratando de trabajar de esa manera, por lo que otra forma era mandar a una serie de hermanos para que nacieran en esa comunidad y tratar de influir de una manera más efectiva desde adentro. Por supuesto que esto tampoco era fácil, pues implicaba que los hermanos del proyecto despertaran a la conciencia en medio de una nube de inconsciencia y siempre con ciertos tabúes que eran fruto de la educación en esa sociedad.


c) Otro método era el de inspirar a los que ahí vivían. Aunque este método era el más inofensivo, pues a la vez que se trabajaba desde adentro, siempre era por un miembro de la propia comunidad; lo difícil era conseguir a alguien que pudiera tener esa capacidad de recepción y que tuviera los medios necesarios para el trabajo que se requería hacer. Muchas veces se combinaba esta opción con la anterior.

d) Otra manera de alcanzar los medios favorables era influir por medio de otra comunidad con la que se pudiera trabajar y que estuviera geográficamente cerca del pueblo escogido. En ese caso se promovía el comercio, el intercambio por alguna otra razón y en un caso extremo, la guerra. Todos estos medios eran sopesados cuidadosamente para poder influir en la humanidad de manera que su evolución pudiera ser acorde con el plan divino.

Para estos trabajos Shamballa tenía varios departamentos, cada uno de los hermanos que ahí trabajábamos teníamos asignado un departamento específico.

Por ejemplo, los que trabajaban en pro de la humanidad se dividían en siete departamentos, cada uno correspondiendo a los siete rayos de la creación, de esta manera ellos podrían organizar sus acciones dependiendo de la manera como fuera más efectiva y de acuerdo a la fuerza que se iba a manejar.

Había otro grupo de seres encargados del trabajo con los otros reinos de la Tierra. Ellos tenían otra forma de organizarse, se dividían por reinos y cada uno de ellos cubrían varias regiones de la Tierra, dado que la Tierra es un gran ser que desde este plano de Shamballa se percibe claramente.

Había una sala especial que me gustaba visitar desde donde podíamos observar la respiración de la Tierra, en ese lugar, la Tierra aparecía a nuestros ojos como un ser muy tierno y muy grande que veíamos respirar, eso me inspiraba una dulzura infinita, sobre todo cuando la veía como nuestra Gran Madre Tierra.

Tenía varias regiones que poseían características específicas, y los hermanos de los otros reinos se distribuían geográficamente de acuerdo a las características de cada región. Además las diferentes especies de plantas y animales cumplían con misiones bien delicadas, como por ejemplo la de conservar el equilibrio ecológico, o la del equilibrio del oxígeno en la Tierra, o bien la de mantener el número de especies vivientes necesario para ciertas funciones de transformación de energía. Los hermanos que se dedicaban a esas funciones de conservación tenían una tarea bastante complicada y eran en número igual o mayor que nosotros, los que nos dedicábamos a ayudar a los seres humanos.

También estaban quienes eran responsables de la comunicación con los hermanos del espacio, ellos eran seres de una sensibilidad exquisita, muy diferentes a nosotros; para esa función se requería estar bastante despegado de las conexiones de la Tierra y casi nunca bajaban a la parte baja del castillo, su tarea les obligaba a permanecer en la parte alta de Shamballa, y hacer que las energías que venían del Cosmos pudieran descender sin peligro para el resto de la humanidad.

Su permanente contacto con las fuerzas del cielo les daba un aire etérico muy bello que los caracterizaba, eran muy ajenos a nosotros y sus caracteres distaban mucho de los nuestros, pues algunos eran demasiado serios y otros parecían eternamente ausentes, aunque quisieras hablarles en ocasiones no te escuchaban, sus canales de percepción estaban demasiado enfocados hacia las altas esferas, que se hacían sordos a los estímulos de nosotros. Dentro de Shamballa se les refería como los “Trabajadores del Espacio” y ya todos sabíamos que ellos deambulaban por el castillo de manera casi ausente.

Algunos pocos sí mantenían conversaciones con nosotros. Yo me hice compañero de uno de los recién llegados que iba a trabajar en ese lugar, como era nuevo igual que yo, todavía no adquiría esa insensibilidad para nosotros y me contaba que sus ejercicios incluían desde la total contemplación del espacio, sólo para permitir que las energías llegaran hasta sus canales de recepción: hasta el estudio intenso de las características de los astros con los que la Tierra tiene una conexión importante, como los planetas vecinos, el Sol, el centro de la galaxia y algunas regiones del espacio especiales como las Pléyades, la estrella Alfa Centauro o Sirio.

Las sesiones en Shamballa se fueron haciendo cotidianas, era uno más de los que trabajaban en pro de la humanidad y eso me llenaba de alegría y de paz interior. Sin embargo, la tarea no era fácil, los recién llegados como yo, teníamos que superar una serie de dificultades que se derivaban de la forma como llegamos, nuestro cuerpo físico tenía aún muchas cosas que superar para poder decir que ya éramos trabajadores eficientes de Shamballa.

Una de ellas era la percepción, más psicológica que real, de las necesidades del cuerpo físico, cuando teníamos mucho tiempo trabajando ininterrumpidamente, de pronto me asaltaba la idea de que no había dormido ni comido; aunque cuando lo percibía, me daba cuenta que no era necesario pues no sentía hambre ni sueño; algo dentro de mí parecía que me lo pedía y eso me restaba concentración y por lo mismo efectividad en el trabajo, lo que se traducía en que tenía que ausentarme para regresar al monasterio y poder tomar un descanso que en realidad no necesitaba.

Igualmente las necesidades fisiológicas eran algo que de pronto me asaltaban cuando en realidad no eran necesarias, mis instructores se reían y llamaban a esto mi “falta de control de los esfínteres”. Me explicaron que era un problema de todos los niños de Shamballa, en una clara alusión a lo que les ocurre a los niños humanos. Las molestias podían durar alrededor de varios meses hasta que nos diéramos cuenta cabal de que todo estaba en nuestra mente y la pudiéramos depurar.

Otro factor que se alteraba con nuestra estancia, y era algo que se cuidaba mucho, era la estabilidad emocional de los recién llegados. Por ejemplo, si alguna impresión causada por algo de lo que viéramos o aprendiéramos nos desestabilizaba, eso podría traer un desequilibrio en el aura de Shamballa, lo que podría ocasionar un trastorno que podía ser o no importante.

Me contaron que para cuidar esto los hermanos mayores habían pedido que nunca se juntaran más de tres hermanos nuevos en determinadas áreas que no fueran de instrucción. En las áreas de trabajo la presencia de más de tres hermanos recién llegados podría ocasionar, en caso de algún accidente, que la impresión descontrolada de ellos resquebrajara la estructura energética del Castillo y ocasionara la ruptura de ciertas líneas de fuerza. Para evitar que esto ocurriera se mantenía esta regla de manera estricta.

Las salas de instrucción, por otra parte, contaban con una protección especial que estaba diseñada para mantener el equilibrio aún en condiciones de riesgo. Claro que había otras reglas como la de que los que asistían a instrucción o visita, siempre iban a acompañados de sus Maestros Personales, cuya función era la de mantener en orden la energía de su discípulo, así siempre era mayor la cantidad de hermanos de Shamballa, que la de los discípulos que nos visitaban.

Me contaron que en el pasado ya habían tenido problemas graves, sobre todo cuando por una dispensación especial y obligados por las circunstancias que prevalecían en la Tierra, se promovió la visita de ciertos alumnos con el propósito de despertar sus conciencias espirituales. Llegaron al Castillo algunos alumnos que eran aventajados estudiantes de la Luz, pero que en la Tierra se encontraban dormidos aún, fue durante la época del dominio del imperio romano, cuando se buscaba que el cristianismo se extendiera y ciertos espíritus se oponían a ello.

Algunos de ellos eran discípulos inconscientes de nosotros, cuando los trajeron para recordarles su origen, la impresión fue tan grande que por poco el Castillo se derrumba, se tuvo un resquebrajamiento de varias paredes y cuartos. Afortunadamente, los constructores de Shamballa se encontraban atentos y en poco menos que segundos controlaron el daño. Sin embargo, la lección aprendida fue grande y desde entonces se tomaron precauciones adicionales.

Por mi parte, la instrucción que yo recibía además de histórica era en el ámbito de las plantas medicinales de la Tierra, mi intención era poder seguir trabajando para que el conocimiento de la medicina natural se extendiera por toda la Tierra.

miércoles, noviembre 22, 2006

El Arte de Vivir 33 (Novela)

LA PRUEBA DE LA TIERRA

Los días pasaron y mis estudios se volvían cada vez más interesantes, de hecho algo estaba pasando dentro de mí que no llegaba a entender todavía. Mi forma de pensar estaba volviéndose más profunda, más consciente de lo que se debía hacer, parecía que antes de que me pidieran las cosas estaba yo haciéndolas y muchas veces no sabía por qué. Mis hermanos instructores se ponían contentos cuando veían que yo estaba trabajando en lo que ellos me iban apenas a indicar, y eso los satisfacía mucho. Un día me dijeron:

-Miguel, has estado avanzando en tu instrucción y es el momento de que te revelemos algo importante. Debes saber que dentro del camino que todos seguimos en el Círculo Interno, hay una etapa donde el discípulo debe ser probado, no para revalidar su estancia con nosotros, sino para que él mismo pueda darse cuenta de ciertas verdades que no aparecerán dentro de él sino hasta que se las enfrente. En tu caso creemos que ya estás preparado para pasar la primera de estas pruebas, es a lo que nosotros le llamamos la “Prueba de la Tierra”.

-Consiste en que te hagamos realizar algunos actos que requerirán de ti ciertas actitudes que has venido ensayando y que en tu intimidad te servirán para que descubras algo de lo que nunca podríamos enseñarte nosotros.

Yo entendía lo que en la antigüedad se había dado en llamar Pruebas de Iniciación, que en los casos en que se practicaban tenían como propósito fundamental el saber si el candidato estaba preparado para la instrucción especial a la que iba a someterse. Así se los hice saber a mis instructores, pero ellos me dijeron que no se referían a eso, que en nuestro caso no hay nada que probar en ese respecto. Me explicaron que le llamaban la Prueba de la Tierra porque tenía mucho que ver con la tierra, y tan sólo buscaban despertar en mí un conocimiento del que de momento no era consciente. Me pidieron que me preparara para eso que iba a pasar y me dieron instrucciones de lo que debería hacer.

Me dijeron que durante unos días, mientras ellos preparaban la prueba, me serían dados alimentos especiales y algunas de las actividades que yo desarrollaba fueron cambiadas por otras . Para empezar me dijeron que todas las mañanas debía de ir hasta el río que pasaba cerca de ahí y recoger ciertas plantas que crecían en la orilla, debía de ser capaz de encontrar algunas otras que aunque no crecían por ahí, estaban determinando si el momento era el propicio para la ceremonia.

Me explicaron que cuando se aproxima un evento importante como la Prueba de la Tierra, toda la naturaleza se prepara para ello, y una señal era precisamente encontrar esas plantas que normalmente no crecían por ahí, ahora debían de estarlo. Yo debería de encontrarlas y eso significaría el permiso o la confirmación de que el momento de la prueba era el correcto.

Pasé muchos días buscando las mencionadas plantas y todavía no daba con ellas, mis pensamientos empezaban a dudar de que el momento fuera el correcto, pero mis Instructores se veían confiados; algo no estaba saliendo bien en mi opinión, pero ellos me decían que me tranquilizara y siguiera buscando. Suspendieron todas las actividades de instrucción y me dijeron que debería buscar más horas, y cubrir cada vez más terreno en mis salidas al río.

El río se extendía no muy lejos del monasterio, de hecho se encontraba a escasos 200 o 300 metros de ahí, estaba bordeado por enormes árboles que le daban una sensación de paz y tranquilidad muy intensa que era capaz de sumergir a los que le miraban en un profundo estado de tranquilidad. Joaquín me había dicho que mi principal actividad era ahora encontrar esas plantas y que todos mis esfuerzos debían enfocarse en ello, de hecho debían estar sobre las márgenes del río y a una distancia no mayor de tres metros del agua. Yo había encontrado a esas plantas en las cercanías del río, pero siempre era a una distancia mayor, tal parecía que se habían empeñado en no crecer cerca del río.

En mis visitas matutinas, empecé a tomarme más tiempo del normal para buscar las plantas, al principio lo hacía unas cuantas horas, pero conforme se fueron suspendiendo el resto de las actividades de instrucción, algo en el río me fue llamando la atención cada vez más, al grado de que ya no regresaba al monasterio mas que para tomar un alimento al mediodía, y regresaba a buscar absorto en lo que estaba.

Observé que el río no era un río común, de hecho ya no estaba tan seguro de que fuera un río natural, las aguas estaban adquiriendo un sabor medio extraño. Cuando tomé agua por primera vez, noté que algo como un sentimiento muy familiar empezaba a embargarme, como si de pronto recordara algo, pero sin saber exactamente qué. Después descubrí que el agua era capaz de calmar el hambre, era como si fuera energía líquida, pero yo seguía yendo a comer al monasterio más por costumbre que por necesidad, de hecho casi no ingería alimento y eso empezaba a extrañarme. Mis hermanos me observaban y se miraban entre ellos, aunque yo no lo noté hasta más adelante cuando me fue explicado el significado de la prueba.

Otro aspecto importante es que mientras estaba en el río, el tiempo parecía transcurrir de una manera diferente, pareciera como si de pronto las imágenes se me borraran y empezara a ver cosas diferentes, muchas veces una niebla empezaba a cubrir el río y yo tenía que parar mi búsqueda hasta que la niebla se disipara y esto podía ocurrir muchas horas después; mientras, me sentaba cerca de un árbol, observaba que la niebla tenía una especie de sabor dulce y ese sabor lo captaba más por la piel que por la lengua.

Era algo en verdad extraño, pero yo no podía compartir esto con mis instructores porque me habían suspendido todas las sesiones de Instrucción hasta en tanto no encontrara las plantas que me habían indicado a menos de tres metros de distancia del agua.

Llevé mi búsqueda sistemática, empecé a cuadricular al río, y cada día buscaba en un sector distinto a fin de que no se me pasara nada. Pero hubo algo que descubrí y que me sorprendió tanto que por poco me hace gritar, observé que las plantas que crecían en el río parecían cambiar de lugar cada día, ; esto no lo había captado sino hasta que sistematicé mis búsquedas. Las plantas que el día anterior estaban en algún lugar de río, aparecían en otro al día siguiente. Esto por supuesto que no era posible y lo primero que hice fue tratar de serenarme y explicarme por qué me había equivocado tanto en mis observaciones. Tuve más cuidado en hacer mis anotaciones, y al día siguiente volvía a pasar lo mismo; todo empezaba cuando aparecía la niebla; tal pareciera que mis anotaciones antes y después de la niebla fueran totalmente diferentes.

Empecé a notar que la niebla aparecía después de que yo llegaba; de hecho, cuando recién miraba al río estaba muy tranquilo y claro y conforme transcurrían algunas horas, la niebla, de manera imperceptible empezaba a aparecer.

Después de unas semanas la niebla empezó a aparecer más temprano, y en ocasiones desde que llegaba la niebla estaba ahí y le tomaba alrededor de dos o tres horas desaparecer. Todo era muy extraño, empecé a sospechar que la niebla era algo importante en el proceso que me estaba pasando, pero nunca sospeché que tuviera que ver con la tarea que me habían encargado. Más bien creía que era un obstáculo que debía vencer para lograr encontrar las plantas que me habían encargado.

Así pasaron varios meses de búsqueda, hasta que en una ocasión encontré en el río algo que cambió por completo mi idea de la prueba.

La niebla había empezado a tomar un aspecto cada vez más sólido al grado de que yo prefería no moverme cuando ella aparecía, pues hasta el caminar me parecía inseguro y podría resultar peligroso intentar caminar. Normalmente lo que hacía era esperar en mi árbol preferido, un encino que crecía a la orilla del río y que su imponente presencia me imponía el mayor de los respetos, sus ramas se extendían por encima de los veinte metros y su tronco era grueso y cómodo para el descanso.

Cierto día, en que llegué como de costumbre y la niebla apareció a escasos minutos de mi llegada, me acomodé en el árbol a esperar a que la niebla se asentara y pudiera iniciar mi búsqueda. Mi mente ensayaba cada vez nuevas teorías sobre la causa de las posibles causas que producían la niebla, y mientras ensayaba a explicar si podría ser la diferencia en las temperaturas del agua con la de la tierra, una silueta se dibujó en medio de la niebla; caminaba segura, al parecer estaba sobre el agua, aunque no podía distinguirlo con claridad.

Me pareció, por la posición en que yo me encontraba, que la silueta deambulaba caminando sobre el agua, lo cual no era posible. Le grité pidiéndole que tuviera cuidado, pero sólo volteó o pareció hacerlo y siguió su camino, eso me llenó de extrañeza. Cuando la niebla bajó, me incorporé y salí a buscar al personaje que creía haber visto y mis sospechas de que él había caminado sobre el agua se confirmaron, al menos donde yo pensaba que estaba el agua y donde vi al personaje, eran exactamente el mismo lugar, lo que me llenó más de preocupación. Terminé por pensar que tal vez me había equivocado y realmente no había visto nada o me había estado quedando dormido.

Regresé al monasterio con ganas de comentar esto con mis instructores, pero me fue informado que ellos habían tenido que ausentarse del monasterio por algunos días para realizar alguna misión especial, y que en tanto sus instrucciones eran que me dedicara a buscar las plantas. Nadie más estaba autorizado a darme consejos o instrucción, pues esa era algo que ya me habían explicado antes. Así pues, tuve que quedarme solo con la intriga de lo que podía haber significado esa visión.

Al día siguiente la silueta volvió aparecer y esta vez yo estaba seguro de que no era una visión ni me estaba quedando dormido. Traté de analizarla y encontrar una posible explicación a lo que estaba viendo; su caminar era lento pero seguro, la niebla no parecía molestarle, la conocía era como si fuera parte de él, porque yo pensaba que era un hombre. Esta vez no le grité y él tampoco pareció preocuparle que yo estuviera por ahí, sus movimientos revelaban una andar tranquilo y seguro; aparecía río abajo y caminaba río arriba. Minutos después de que la silueta se alejó, la niebla desapareció.

Yo busqué en el lugar donde había visto a la silueta y encontré que ahí el río podía llegar a tener algunos 3 ó 4 metros de profundidad, era imposible que la silueta caminara sobre el agua, por lo que debía tener algún tipo de lancha o plataforma deslizante, aunque para ser sincero lo que yo veía era más bien una persona que caminaba.

Al día siguiente yo estaba más decidido que nunca a averiguar el misterio de la silueta, me preparé con un plan por si acaso la volvía a ver, y así fue, efectivamente al poco rato de llegar vi que algo se movía en la misma dirección que siempre lo hacía y decidí poner en marcha mi plan.

Yo había preparado una pequeña balsa con la que creía que podría acercarme a él y tratar de hablarle sin caer al río, aunque era un buen nadador, mi lógica me obligaban a tomar mis precauciones.

La silueta llegaba siempre en silencio, pareciera que el agua ni se moviera cuando ella aparecía y ese era otro de los misterios que yo estaba decidido a descubrir. Así que tan pronto llegó y cruzó frente a mí, yo le hablé y le pedí que me esperara mientras al mismo tiempo echaba mi balsa al agua e intentaba subirme a ella.

Podrán imaginarse cual sería mi sorpresa al notar que no había agua, la balsa cayó sobre algo tan sólido como un terreno, yo no podía creerlo y de hecho me paralicé. La silueta que se había detenido con mi grito, siguió su camino al notar que no intentaba seguirlo. Algo me hizo retroceder y regresar a la seguridad de mi árbol, ahí me detuve a contemplar y analizar mi situación; la balsa la había perdido de vista, y no podía dejar de pensar como era posible que el agua hubiera desaparecido. Al poco rato cuando la niebla desapareció todo estaba igual, el río como siempre estaba igual que lo normal y por supuesto mi balsa la encontré río abajo, atorada en unas ramas de los tantos árboles que crecían en las márgenes del río.

Ahora no me cabía duda esta era parte de la prueba que me habían dejado mis instructores, algo estaban esperando que pasara en el río y fuera lo que fuera, ya estaba pasando. Esa noche no dormí pensando cuál debía de ser la correcta actitud que debía tomar, recordé toda la instrucción que me habían dado, pero no encontré ninguna referencia de donde yo pudiera sacar alguna pista sobre lo que debiera hacer. Tan sólo recordaba sus palabras acerca de que el río me iba a enseñar algo que ellos nunca podrían enseñarme.

A la mañana siguiente, tan pronto apareció la silueta, decidí que tenía que seguirla. Como ya sabía que iba a caminar sobre el agua, lo que tendría que hacer sería estar preparado por si acaso caía en ella. Así que me preparé con ciertos materiales que me ayudarían a flotar en caso de que tuviera que nadar.

Cuando la aparición llegó, yo estaba preparado y tambaleándome, llegué a situarme algunos pasos de ella. La niebla era espesa pero de color rosado, parecía brillar en torno a la figura que tenía delante. La silueta volteó y pareció detenerse un poco, yo le hablé y le dije que me esperara, que quería hablar con él, pero no me hizo caso y regresó a su andar lento y tranquilo. Caminé detrás de el por un cierto rato, en ningún momento se detuvo, sabía muy bien a donde iba y yo veía con preocupación que me estaba alejando mucho del lugar donde se localizaba el monasterio, sabía que podía regresar con sólo seguir río abajo, pero...¡aquí no había río!.

Transcurrieron algunas horas y yo observaba que no estaba cansado, tal parece que la niebla aportaba energías auxiliares, pues la verdad no estábamos pisando el típico terreno de río, lleno de piedras y obstáculos, sino un terreno firme y llano, suave a las pisadas y en medio de un paisaje desconocido y misterioso, pues aunque en ocasiones la niebla se disipaba lo suficiente para observar a mis alrededores, lo único que podía ver era que estaba en otro lugar donde la vegetación era escasa y había mucha luz extraña, no parecía provenir del sol, las cosas no producían sombras, había aromas en el aire que no identificaba, y no había observado a ningún insecto como normalmente ocurre en los viajes por el campo; asimismo los ruidos eran ocasionales y nada familiares. La misma silueta que yo perseguía no hacía el más mínimo ruido en su andar, parecía más bien un espectro que una persona.

Poco a poco fuimos llegando a un lugar que estaba inundado de luz, y la niebla empezó a disiparse, por fin podía ver en donde estábamos. Me llamó la atención una construcción que se localizaba frente a nosotros, era como una especie de castillo de cristal, algo bellísimo y lleno de encanto y misterio, cristales multicolores parecían formar las paredes y las cúpulas. Los rayos de luz eran en verdad algo imposible de describir, no se veía que el sol los estuviera iluminando, eran más bien ellos los que despedían luz.
Los pastos verdes que rodeaban a la construcción daban al paisaje un aspecto de ensueño y lo llenaban de belleza espiritual; un río, pero no de agua, sino más bien de luz, lo rodeaba, y a sus márgenes podían observarse plantas extrañas radiantes de salud y de hojas anchas. Con admiración encontré que abundaban las plantas que yo andaba buscando y justo a escasos centímetros de la luz líquida que observaba.

Cuando recordé a la silueta que venía persiguiendo, ya no pude encontrarla. El lugar se encontraba solo, al menos así me parecía a mí, pero irradiaba una paz como nunca la había sentido. Decidí conocer el lugar y empecé por recorrerlo, el mismo aire tenía un sabor dulce y agradable, no podía imaginar nada similar en los lugares donde yo había estado antes, me llené de nostalgia y hubiera querido que todos mis seres queridos estuvieran ahí para conocerlo, ¡Tan bello era!

Alrededor de ahí pude observar que a medida que mi vista se alejaba del castillo, los árboles empezaban a aparecer y un bosque se extendía a los alrededores, tal parecía que el castillo se encontraba en un gran claro del bosque y que sus constructores lo habían construido con materiales del cielo, pues nunca había visto piedras que lucieran tan brillantes como las paredes del castillo, ni aún el cuarzo que siempre me había maravillado por sus estructuras.

Me acerque a la entrada principal del castillo y encontré la puerta abierta, me pregunté quién podría vivir ahí, y mi mente me dijo que no podría ser alguien malo, así que decidí entrar.

Cuando entré, llegué a un gran salón circular central que estaba rodeado de 3 puertas a mi derecha y otras tres a la izquierda. Frente a mí se encontraba una gran escalinata que daba a un segundo nivel donde al parecer había más puertas. Después supe que detrás de la escalinata se encontraba otra puerta dando en total 7 además de la que conducía a los exteriores del castillo que era por donde yo había entrado.

Mientras observaba absorto la belleza de sus interiores, una voz conocida me dio la bienvenida.

Al voltear vi a los hermanos Joaquín y Sebastián.

-¡Bienvenido a Shamballa!

Alonso

Esta carta es para ti

Esta carta es para ti…

Sí, para ti que la estás leyendo justo ahora…, para ti cuyo corazón ya está comenzando a vibrar diferente…, para ti, amado ser, corazón divino, alma de luz

Quería decirte, hoy muy especialmente, que el amor te está esperando, que nada es lo mismo si faltas tú, que juntos reímos y jugamos y hacemos que todo sea mucho mejor

Tal vez creas que no vale la pena, que tus esfuerzos o tus intenciones o tus semillas no sirven de nada, que no vale la pena hacer nada ni intentar nada, ni avanzar, ni dar un paso, ni sonreír…

Pero, amado corazón, de veras que SÍ vale la pena

Te aseguro que vale la pena, porque más allá de lo que la ilusión permite ver, más allá de lo que los velos del pasado te permiten intuir, hay un mundo bellísimo esperándote, en otra realidad y sin embargo también en ésta, una nueva tierra y sin embargo es la misma tierra que pisas

Para encontrarla, sólo has de traspasar los umbrales de la ilusión y recordar…

Qué estás aquí para disfrutar, para amar, para jugar, para reír…

Y te preguntas si todo es un sueño

Y te digo, SÍ, es un sueño, es un sueño lo que pretenden hacerte creer, que nada de lo que tú conoces y sabes en tu corazón es real, más lo que alberga tu corazón, lo que tu alma conoce y espera, eso es real, y se irá mostrando tan real como tú lo permitas, se irá manifestando con tal fuerza como tú lo dejes

El amor te espera….

Sacude en un instante todo aquello que te impide avanzar, tal vez dolores o experiencias pasadas que, como un saco lleno, te pesan y te oprimen el pecho

Si pudieras ver por un instante la belleza y el gozo que te esperan no tardarías ni medio segundo en soltar todo aquello que ya fue, y que, tuviera o no un motivo de ser para ti, ya no importa, ya pasó, ya no existe, tan sólo la sombra de lo que tú quieras arrastrar

Pero esa sombra te impide ver y te impide avanzar…

Suelta, suelta… y prepárate para lo que en verdad tu alma y tu corazón están esperando desde siempre

Para ti, esta carta es para ti…

Si tu corazón está vibrando no dudes, esta carta es para ti…

El amor te está esperando

maite

jueves, noviembre 16, 2006

Unas Botas Nuevas

Hace unos días me dieron el regalo de poder comprarme unos zapatos nuevos…elegí unas botas porque el clima es frío en invierno y se me antojaban bien calentitas

No me gusta mucho buscar ropa o calzado o lo que sea, prefiero hacer pocos movimientos e ir a lugares clave, lugares en los que en algún momento han aparecido cosas mágicas que me han gustado mucho y que he disfrutado, o lugares que se aparecen de repente, que a lo mejor ni me había dado cuenta de que estaban ahí y de repente lo ves y un impulso te lleva a entrar aunque no sabes para qué, porque en ese momento no buscas nada

Y a lo mejor en ese instante lo encuentras
O a lo mejor no, pero te queda grabado el lugar y es en otro momento cuando el lugar acude a tu corazón y vas y encuentras algo que buscas o que esperas

Pues bien, fui a tres o cuatro lugares clave, mágicos en su momento y rápidamente descarté todo lo que no era y me quedé con unas botas que me llamaron desde el primer momento. En el lugar mágico que las vi eran las únicas… ni siquiera tenía que elegir, estaban ahí

No podía salir del lugar sin ponerlas en mis pies, para tener la certeza final que necesitaba

Una vez colocadas en mis pies ya no quería quitármelas, sabía que eran para mí, perfectas, no porque respondieran a un patrón específico que yo buscara, simplemente me gustaron y supe que esas eran mis botas. Encajaban perfectamente

Muy poco después me regalaron el dinero para comprarlas y fui por ellas con la ilusión, con la pasión, de ir por mis nuevos zapatos, para este momento

Me gustan mis botas nuevas, aunque ya hace casi un mes que las tengo, pero son nuevas, siempre serán nuevas, porque la marca, la etiqueta que llevan a la vista dice “hoyvoy” y eso me encaja, ahora y siempre, pero sobre todo ahora, en este momento, se corresponde a una decisión diaria que toma mi esencia, momento a momento, día tras día
Un día termina y no sé que sucederá al día siguiente, pero me pongo las botas y manifiesto “hoyvoy”…mañana será otro día, y sé que mañana volveré a ponérmelas y volveré a manifestar “hoyvoy"

Y ese es el mensaje de este momento, para este tiempo preciso
No sabemos qué sucederá mañana, pero sí podemos decidir qué queremos que suceda hoy, manifestando nuestra decisión de hacer una diferencia

Esa es nuestra oportunidad, un privilegio y una elección que el corazón no necesita pensar demasiado

El amor te está esperando…
Tú vas…?
Yo voy!!!

maite

El Arte de Vivir 32 (Novela)

INICIA LA INSTRUCCION


Me levanté presuroso y al salir vi que había una gran actividad en todo el monasterio, algunos monjes estaban dando clases en aulas, otros se veía que entraban en la biblioteca, y algunos más estaban haciendo limpieza en los corredores de la Gran Casa, como escuché que le llamaban algunos.

Me acerqué al hermano que estaba barriendo y le pregunté por los hermanos Joaquín y Sebastián y me indicó que esperara, que ellos vendrían por mí cuando fuera llegado el momento.

Mientras esperaba, pude observar cuidadosamente la construcción. Efectivamente esa parecía ser más bien una hacienda que un monasterio, había caballerizas, entendí más tarde que para efectuar las correrías de los hermanos frailes era indispensable contar con buenos animales, estas estaban en el lado sur de la hacienda. En el norte había varias construcciones, una de ellas era la biblioteca, que era un amplio recinto donde trabajaban en algunas mesas varios de los hermanos, algunos traduciendo, y otros más escribiendo en grandes papeles que tenían a su disposición.

Había también una capilla, aunque no era muy grande, ahí siempre se encontraban hermanos en oración y se tenían toda serie de manifestaciones impresionantes, después supe que ellos se programaban para estar siempre alguien en oración, las 24 horas del día había gente haciendo oración y algo más que eso, estaban recibiendo las necesidades del mundo y a la vez transmitiéndoselas a los hermanos mayores.

Los hermanos mayores eran los Maestros de Luz de donde se recibían las indicaciones de lo que debería hacerse en cada situación específica. Eran instrucciones demasiado generales para mi gusto, pero ellos las entendían bastante bien. Se diría que los Maestros no necesitaban ser precisos para lograr que los que estaban abajo entendieran lo que se les estaba diciendo, era más bien una labor de equipo bastante bien dirigida.

Cuando llegaron Sebastián y Joaquín, yo ya había explorado buena parte de mi entorno cercano hasta donde podía ver; ellos me pidieron que los acompañara a la biblioteca, ahí empezaría mi instrucción.

Dentro de la biblioteca, me llevaron a uno de los salones apartados y me pidieron que me sentara.

-Te vamos a explicar cómo es que nació este grupo y cómo es que nos ocupamos de lo que nos ocupamos. Tal vez te parezca extraña, pero esa es la forma como nosotros trabajamos y así es como las leyes trabajan en el mundo.

-Cuando la Humanidad empezó su adiestramiento en la Tierra, que eso fue aproximadamente cuando los monos empezaron a transformarse en humanos; los grandes seres que velaban por la humanidad decidieron iniciar la instrucción que con el tiempo llevaría a los pequeños hermanos, los humanos, hacia una nueva etapa de evolución.

-Debes saber que los seres humanos nacieron de los monos, aunque no de la manera como se piensa por la ciencia, los monos que eran la raza más avanzada en su aspecto evolutivo, recibieron una nueva semilla etérica proveniente del reino seminal. Este Reino, según te explicaremos luego, tiene como propósito el proveer las semillas que corresponden a las nuevas creaciones que aparecerán en un tiempo sobre la superficie de los planetas. Las semillas humanas habían estado formándose en los reinos etéricos, y poco a poco venían bajando hasta que llegaron a la Tierra y fueron literalmente sembradas en los monos de ese entonces, que vienen siendo los ancestros de los monos actuales.

-Una vez habiendo recibido la semilla humana, los monos presentaron lo que tu llamarías mutaciones, y esto se dio de manera simultánea en todos los monos del planeta. Cuando aparece una nueva raza, ésta no empieza con solo un nuevo individuo, sino que de pronto aparecen por todo el mundo y en diferentes circunstancias los nuevos individuos de la especie. Esto se debe a que las semillas llegan por oleadas, y esa es la función del reino seminal.

-En ese entonces aparecieron los primeros seres humanos que por supuesto se parecían mucho a sus padres los monos, pero tenían características fundamentalmente diferentes en la semilla que los animaba. Biológicamente hablando, podríamos decir que tenían diferencias a nivel genético que les provocaría que en pocas generaciones su propia anatomía fuera cambiando hasta llegar a lo que hoy conocemos como seres humanos.

-Ahora bien, las semillas, como todas las semillas de los seres existentes, tienen características que las hacen adaptarse a las condiciones bajo las cuales viven. Es decir, la semilla no es un molde de donde todo salga igual, la semilla tiene como una de sus propiedades más sorprendentes el que pueda adaptarse al medio en que se desarrolla. Esto dio lugar a varias pequeñas diferencias entre algunos individuos, lo que después fue alentado por situaciones que te explicaremos más adelante y que tienen que ver con influencias de tipo cósmico. Y así las diferencias dieron lugar a las razas diferentes que pueblan la Tierra.

-Desde ese primer momento, la humanidad requería de mentores, de instructores que les pudieran enseñar todo lo que tuvieran que aprender. Ahí es donde nace la primera jerarquía del planeta con el encargo, de parte de los jardineros cósmicos, de llevar a la humanidad que apenas estaba naciendo hasta la manifestación más completa de su espiritualidad.

-Esta instrucción tendría que pasar por muchas formas de manifestación, pero primeramente tendría que ser de tipo práctico. Te imaginarás que la primera obligación de la humanidad que nace es aprender a sobrevivir, con todo y que nace con las características de una raza que de alguna manera ha aprendido lo necesario para sobrevivir. Debe, para poder manifestar todo el potencial de su nueva semilla, crear las condiciones necesarias para sobrevivir y manifestar lo que lleva dentro. La instrucción se enfocó en lo que era pues más importante: La sobrevivencia y por supuesto el dominio de su cuerpo físico, para que pudieran llegar a una clara manifestación de todas sus capacidades.

-Las formas de instrucción pasaron, desde maestros físicos que encarnaban y venían a enseñar todo lo que fuera necesario, hasta aprendizaje en sueños para que pudieran tener nociones de la existencia de otro reino.

-En un principio, a los individuos se les clasificó como guerreros, comerciantes y sacerdotes. Los primeros estaban dedicados a la defensa de la colonia o tribu. Los comerciantes estaban dedicados a la creación de las reglas de la sociedad, eran los que se encargarían de crear los medios para que la colonia pudiera sobrevivir bajo un régimen de organización superior al simple agrupamiento de individuos. Y los sacerdotes eran los responsables de que los hombres pudieran tener presente que existíamos nosotros, y eran los encargados de recordar que el origen del hombre eran las estrellas; esa añoranza que todas las razas han sentido de que su origen proviene de las estrellas no es otra cosa que el recuerdo lejano de cómo fue el nacimiento de la raza humana.

-Estos tres tipos de hombres se fueron sofisticando hasta nuestros días, pero en esencia eran los tipos fundamentales de hombres que en un tiempo y otro se vuelven más importantes en alguna sociedad o en otra, pero siempre están dando vueltas en sus responsabilidades para con la raza humana.

-Pero desde atrás, sin que nadie vea ni sepa cómo es que trabajamos, hemos estado nosotros, los responsables de que se cumpla el plan que los jardineros cósmicos, los Grandes Sembradores, establecieron para nosotros. Nosotros somos los responsables de que esto se de, y para ello hemos tenido que ir manifestándonos de mucha maneras diferentes, pero nuestra historia es algo más complicada que esto que te estamos diciendo.

-Ha habido en todos los tiempos y en todas las tierras grupos de seres encargados de velar por el planeta, y no es posible en una sesión explicarte todo el proceso por el que hemos pasado. Baste decir que por ahora nos estamos encargando de asegurarnos que la humanidad va a tener una educación bastante uniforme y que las diferentes razas que hoy pueblan la Tierra tendrán puntos de vista congruentes acerca de los valores que deben ser exaltados.

Joaquín era muy simpático y estaba siempre sonriente, tendría algunos 60 años en apariencia, aunque más tarde aprendería que las edades eran algo que nunca podría estimar correctamente entre estos maravillosos hombres. Todos ellos tenían algo de la magia que permite envejecer a otro ritmo que el normal. Era muy frecuente que ellos alcanzaran edades por encima de los 150 años, lo impresionante era que su aspecto no envejecía y la única manera de saber quienes eran más ancianos era por su forma de caminar, se tornaban un poco más lentos, pero su piel seguía viéndose igual de fresca y lozana que cuando tenían, por decir, sesenta.

Sebastián era un poco más serio, sin llegar a un carácter grave, hacía menos bromas y se preocupaba de que entendiera la esencia del conocimiento que me estaban transmitiendo. Frecuentemente interrumpía las explicaciones para preguntar si había entendido esto o aquello, y hacía observaciones que me ayudaban mucho para captar lo que me querían decir, sobre todo Joaquín, que entre broma y broma me soltaba enigmáticas enseñanzas que estaban llenas de símbolos y que al parecer tenían la función de hacerme despertar ciertos recuerdos que decían que yo tenía y que de momento no podía acceder.

El segundo día de enseñanza, me preguntaron si yo tenía alguna duda. Como les respondí que no, que creía haber entendido todo lo que me habían dicho, Joaquín habló.

-Entonces, ¿qué piensas tú como médico, de la evolución que siguieron los hombres?

-Pues lo que ustedes me dijeron suena muy lógico, el hombre proviene de un mono que recibió la semilla humana, y esto aceleró su evolución a la vez que fue transformando su anatomía hasta llegar a ser lo que ahora somos. Me parece muy lógico.

-¿Estás de acuerdo que por la forma como evolucionó el hombre, no podría haber más cambios?

-Perdón, no entendí la pregunta.

-Si el hombre recibió una semilla diferente a la de los monos, todo es cuestión de que la semilla termine su evolución y los cambios se terminarán.

-Pues sí, eso es de esperarse. –Le contesté

-A menos que el hombre reciba otra semilla que lo obligue a que nazca una nueva raza hija de los hombres y destinada a manifestar una creación superior, terció Sebastián.

Su comentario, me sorprendió, Abrí más los ojos y pregunté -¿Pero eso, ya se está dando?

-El proceso inició, pero tan sólo son las primeras avanzadas, no han llegado las oleadas de las nuevas semillas. Los primeros hombres que nacen son como mutantes, no traen manifestaciones físicas diferentes, su anatomía es casi igual, a excepción de pequeñas modificaciones en las cortezas cerebrales, pero nadie notaría estas diferencias. Sin embargo, traen en su interior potencialidades que los hacen diferentes, una de ellas es que son seres con una mayor facilidad para trabajar con esas áreas del cerebro que les permite conectarse a otras realidades espirituales sin mayores problemas; para ellos es algo muy normal, mientras que para otras personas sería algo totalmente diferente, enfermizo.

-Estos mutantes tienen ciertos dones que los hacen distinguirse del común de las gentes, y son las semillas de las nuevas razas deambulando por la Tierra. Frecuentemente se les tacha como locos, y algunas sociedades los destierran, los aíslan como personas enfermas, nosotros los recuperamos; ese es el propósito de nuestros continuos viajes a los hospitales mentales, allí se encuentran muchas veces estos seres. Otros no pasan por esas penas porque son encontrados antes por guías puestos por nosotros y entienden sus manifestaciones, lo que los hace fuertes y pueden seguir viviendo sin mayores problemas una vida más o menos normal.

-Eso si que es fascinante, -respondí.

-¿No lo adivinas?, preguntó Joaquín.

-¿Qué?

-Tú eres uno de ellos, tú traes una semilla diferente, por eso tenías tantas manifestaciones tan diferentes a los de tus hermanos cuando eras pequeño, por eso soñabas con ángeles, y por esa razón siempre despertaste mucho respeto entre los que te conocían.

-¿Pero cómo lo saben?, acerté a decir.

-Por ciertos rasgos que por ahora no entenderías, nosotros tenemos formas de reconocerlos por la sencilla razón de que nosotros también tenemos esas semillas y más del 90% de los que aquí estamos traemos esas semillas; somos la avanzada entre los hombres para prepararlos a que puedan aceptar lo que viene.

Por eso somos los del Círculo Interno, algunos de los hermanos que están aquí no traen esta semilla, pero ellos son seres muy grandes que por esfuerzo propio han podido alcanzar estados de evolución muy elevados y son a los que más respetamos, por su esfuerzo, su trabajo y su dedicación que les ha permitido llegar hasta aquí aún cuando no tienen la semilla.

-Pero, ¿eso significa, que tenemos algo diferente biológico?, es decir nuestra descendencia, si la tuviéramos, ¿tendría algo parecido?

-No, si no trae una semilla, pero su anatomía estaría mejor preparada para recibir a las nuevas semillas. Es decir, es la semilla espiritual la que provee el estado de conciencia, no la anatomía. Pero muchas semillas se pierden si el cuerpo no resiste a la semilla. Los hijos de los que ya tienen semilla tendrán un cuerpo mejor preparado para recibir la semilla si es que les llega, o los hijos de sus hijos, es como decir que tienen tierra fértil y es más probable que en su descendencia haya seres con esa semilla que en otros lugares; pero, como te digo, no es la anatomía la que importa, sino la semilla.

-¿Y desde cuando están apareciendo, o estamos apareciendo?

-Desde siempre, pero la gran oleada de semillas no llegará sino hasta que la humanidad alcance un estado más alto de evolución y eso puede tardar mucho, por lo menos varios cientos de años. Sin embargo su aparición en la Tierra será cada vez más frecuente a medida de que la Gran Oleada se acerca.

Estos comentarios en verdad me dejaron bastante conmocionado, pues ya de hecho saber que se estaba dando un proceso como ese era difícil de entender, aún lo era más sabiendo que yo mismo era un hijo de ese proceso.

La sesión terminó rápido y me dieron la tarde para que meditara acerca de lo que me habían explicado.

Después de la reunión con mis instructores tuve oportunidad de meditar por largo tiempo y empezar a trabajar con lo que ellos llamaban “mis recuerdos dormidos”. Según me explicaron, parte del proceso que yo iba a vivir entre ellos era un “recordar” lo que nunca había hecho según mi conciencia normal o lúcida, pero que era parte de mi realidad espiritual.

En otras palabras, todos tenemos dos tipos de memoria: La que proviene de nuestras experiencias acumuladas por la mente en el plano de vivencias terrenales, y la que proviene de nuestras experiencias espirituales, que por supuesto no siempre fueron registradas en la vida consciente de la Tierra.

Esa otra memoria, la espiritual, es de vital importancia recuperarla y para ello me indicaron que trabajara en una serie de ejercicios un poco extraños que tenían que ver con el trabajo con ciertos símbolos, algo parecido a los mandalas que ya Philippe me había enseñado.

Mi cuarto estaba lleno de esos símbolos y estaban colocados estratégicamente, pues si quería recostarme en mi cama, justo arriba en el techo había uno de ellos, un extraño símbolo que parecía un círculo cortado por un triángulo en posición inclinada y que tenía sus tres lados desiguales, en cada vértice tenía otro triángulo inscrito también inclinado, y al parecer las líneas eran de colores diferentes, aunque todas oscuras.

Junto al reclinatorio que había en todas las habitaciones y que era el lugar donde se acostumbraba a realizar los rezos o meditaciones personales, había uno inscrito en el suelo, de tal forma que uno tendría que verlo al tener que reclinar la cabeza hacia abajo.

Había uno más en la cara interna de la puerta y otro en la cabecera de la cama que por estar encima de uno al acostarse, uno no podía abstraerse de voltear a mirarlo y preguntarse qué significaría, aunque la pregunta exacta debiera ser: ¿qué me inspira eso?, pues la realidad es que esos símbolos no tienen un significado exacto, sino que buscan inspirar algo.

El siguiente día hablé de esto con mis instructores y ellos me dijeron que no me preocupara, que los símbolos estaban ahí como ayuda y que ellos trabajarían por mí, que sólo tenía que verlos y dejar que penetraran en mi mente de una manera natural.

Su explicación no me fue suficiente y tuve que preguntarles algo más, fue entonces que me dijeron que los mandalas que ellos usaban, se basaban en las líneas de fuerza que recorren los impulsos nerviosos dentro del cuerpo humano y que lo hacen siguiendo un extraño camino dentro de las neuronas del cerebro.

Me comentaron -Los impulsos eléctricos en el cerebro se desplazan siguiendo una ruta caprichosa que tiene que ver con las figuras que estás viendo, así al momento de que tu mente ve una nueva ruta, eso da un impulso a los estímulos eléctricos cerebrales a que recorran diferentes rutas a las naturales que ya tienen, y eso te abre a nuevas posibilidades y por lo mismo se tocan áreas de tu cerebro que están dormidas y por lo pronto al despertarse ellas te harán recordar datos que considerabas dormidos.

-Los pintores de la antigüedad sabían eso y algunos de ellos dejaron en sus pinturas ciertos trazos que cuando los miras parecieran recordarte algo, los dueños o guardianes de esas pinturas, sienten que les inspiran algo cuando lo que están haciendo ellas es trabajar sobre esa parte inconsciente del cerebro humano que requiere un poco de entrenamiento.

Luego de la explicación me hablaron de que su comunidad de monjes estaba en la Tierra desde muchos años atrás y que la historia completa de su estancia se remontaba a varios milenios de historia durante los cuales ellos habían tenido que evolucionar y esconderse de acuerdo a los tiempos que estaban viviendo. Habían ocurrido accidentes y en ocasiones todos ellos habían desaparecido por lo que se obligaba la venida de los hermanos mayores para establecer el linaje nuevamente.

Cuando pregunté a quiénes se referían como los hermanos mayores, me respondieron que en ocasiones los hermanos de las estrellas que están siempre velando por nosotros se hacían presentes para restablecer el impulso en la Tierra, y llegaban a trabajar con ellos por un tiempo y a reconstruir los archivos o a renovarlos por otros más acordes con la evolución de los tiempos modernos.

Me explicaron que esos hermanos de las estrellas son seres que viajan exactamente como nosotros y aunque pudieran aparecer por medios espirituales haciendo lo que se llama “materializaciones”, eso constituiría un enorme gasto de energía, por lo que prefieren venir en sus vehículos voladores y establecerse entre nosotros.

Eso me pareció fantástico, por lo que les pregunté más al respecto, pero me contestaron que más tarde me hablarían de ello.

Hablamos de plantas y de sus efectos medicinales, de los efectos terapéuticos de sus aromas y de sus hojas; me describieron sorprendentes usos de las plantas que yo ya conocía, y que nunca me imaginé el poder que tenían para otras cosas. Hablamos de la medicina espiritual y de cómo es posible curar a un hermano que sienta el “mal de las estrellas”, esa es la enfermedad que tienen todos los que de pronto recuerdan que no son de aquí, es la nostalgia de sus planetas de origen. Esas personas se sienten desadaptadas y reconocen que su vida no es de aquí, sino de allá, se sienten rechazadas y desubicadas y en el peor de los casos terminan suicidándose sin haber tenido nunca una explicación de lo que ellos hacían aquí.

-Así hemos perdido muchos de nuestros hermanos, -me dijeron, -pero afortunadamente cuando los encontramos a tiempo, es posible curarlos rápidamente sin que haya mayores complicaciones.

La cura consistía en someterlos a los mandalas que yo tenía en mi cuarto y a restablecerles la memoria completa porque si algo había nocivo era tener una memoria incompleta que les hace creer y ver cosas que al parecer no existen, dándoles la sensación de locura.

Mi vida dentro del Círculo Interno empezó a cambiar poco a poco mi manera de pensar, toda mi vida fue cambiando acorde a los principios de trabajo que se tenían en ese centro.

Aprendí a velar mi vida privada, es decir, tuve que arreglar mis asuntos privados para que no tuviera más problemas en relación a mis actividades espirituales.

Mis hermanos ya habían arreglado todo lo referente a mi familia, ellos les habían comunicado que había ingresado a una orden de monjes franciscanos, que por trabajar en las comunidades indígenas en algún lugar perdido de México, no me iba a ser posible comunicarme con ellos mas que una vez por año. Eso por supuesto que a mis padres les había parecido lógico, pues conocían mis tendencias hacia la vida mística que yo siempre había manifestado. Después me enteré que la mayor parte de mis compañeros también habían abandonado a sus familiares o los habían perdido de manera trágica, sólo algunos pocos vivían ahí con sus hijos y generalmente era porque ellos pertenecían a la misma simiente de estrellas.

También se ocuparon de informarle a Bernardette de mi llegada al Círculo Interno, hecho que de seguro le ha de haber causado una gran alegría. Hacía tiempo que yo sentía que estábamos muy comunicados, podía sentir lo que ella sentía y estoy seguro que lo mismo le pasaba a ella, yo tenía la certeza de que ella estaba viviendo una muy feliz estancia en algún lugar de Centro América a donde había tenido que retirarse para cumplir su misión de sacerdotisa suprema de un culto ya olvidado por la historia.

Todos los hermanos del monasterio tenían una función asignada además de estudiar los misterios de la vida y del universo. Aunque yo todavía no era forzado a tomar alguna, ni me había sido asignada otra que no fuera prepararme, yo sentía que necesitaba hacer algo más, acostumbrado como estaba a tener una actividad siempre intensa. Aún cuando estuve preso, siempre busqué tener algo en que ocuparme; yo sentía que a la vida del monasterio le faltaba actividad.

Cuando les comenté eso a mis instructores, ellos rieron bastante y lo que me dijeron fue del todo sorprendente.

-Miguel, lo que pasa es tu actividad la estás realizando sólo en el plano físico, por eso te sientes demasiado inactivo, y nos ves a todos nosotros demasiado tranquilos como si no tuviéramos nada que hacer; pero lo que ves es tan sólo la parte externa de lo que hacemos, la verdadera actividad se desarrolla en los planos internos de nosotros, y como a eso no has llegado todavía, no podemos explicarte más. Y se alejaron riéndose de buena gana.

Yo me quedé sorprendido y a la vez bastante movido pues lo que yo creía que era un monasterio tranquilo y con una vida demasiado monótona, resultaba ser tan sólo la vestidura de lo que realmente era en lo interno.

Me explicaron que el primer ciclo de instrucción buscaba hacerme despertar mi conciencia dormida. Después en el segundo ciclo de enseñanza iban a despertarme algunas capacidades que todos los seres humanos tenemos, pero que no siempre se desarrollan, por lo que es necesario trabajar sobre ellas a fin de que se pueda vivir de una manera consciente con todas las capacidades espirituales que tenemos como seres humanos. Y finalmente cuando alcanzara la tercera etapa de Instrucción, me iban a dejar decidir cual sería mi función dentro del monasterio.
Esas tres etapas eran las que yo debía recorrer, aunque por lo pronto yo estaba bastante ocupado tratando de entender la primera: La historia y algunos de los propósitos que tuvieron los Grandes Sembradores para sembrar a estos grandes seres en medio de la humanidad y sus principales responsabilidades. Esas eran las lecciones que por el momento tendría que aprender y a ello me estaba dedicando.

Alonso

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martes, noviembre 14, 2006

El Arte de Vivir 31 (Novela)

LA LLEGADA AL CIRCULO INTERNO


A la salida de la prisión Martín y Pedro me llevaron hasta donde se encontraba su monasterio, no muy lejos de ahí. Ellos eran monjes franciscanos y de hecho aunque no acostumbraban quedarse mucho tiempo en los lugares que visitaban, ellos ya tenían ahí esperando “algo” aproximadamente dos años. Me explicaron que dentro de la orden se permitía a algunos frailes que estuvieran viajando, mientras otros permanecían haciendo las labores normales de la orden y me dijeron que en ese momento estaban aceptando candidatos y habían escuchado que yo deseaba pertenecer a la orden.

Por mi parte me pareció extraño que ellos me comentaran que yo había manifestado mi deseo de esa forma, cuando en realidad la idea de hacerlo había partido de ellos, al menos eso pensaba. Así se los dije y ellos se sonrieron.

-Hermano Miguel, recuerda que en los caminos de la vida, los roles y los papeles tienen la importancia que nosotros queramos darle, no por ser tú alguien que curaba personas eres un médico, no porque nosotros viajemos vestidos de frailes significa que lo seamos, son sólo vestidos que usamos en la vida.

-Eso lo entiendo –comenté- pero por lo que veo ustedes son de hecho frailes pues tienen una cierta responsabilidad dentro de esta orden franciscana, ¿o me equivoco?

-Vuelvo a repetirte, sí, nosotros estamos ahora ejerciendo como frailes, pero no somos frailes, somos algo mucho más que eso y también tú lo sabes. Los vestidos que usamos son como los oficios que desempeñamos, únicamente sirven para vestir al espíritu.

-A propósito, ¿y sus familias? ¿eran también de mentiras sus esposas y sus hijos?

-Ellos están bien, no son realmente nuestras esposas y nuestros hijos, pero son personas que participan en la labor y han hecho muchas veces esas representaciones ante los ojos de otros que están a punto de incorporarse a la orden. Nosotros somos los encargados de contactar a los postulantes, trabajamos en el “Círculo Externo”, tenemos contacto con la sociedad y nos hacemos cargo de llevar a los que están más avanzados hasta las filas de Papa Mayo. Siempre es así, primero los contactamos nosotros y después, cuando ya han pasado la respectiva purificación, los hacemos llegar hasta Papa Mayo.

-¿Eso quiere decir que yo ya pasé la purificación?

-Así es, ya llegó la hora de conducirte hasta Papa Mayo. Él tiene que hablar contigo y asignarte una misión.

-Pero si yo no sé de que se trata todo esto, y ¿ya me van a asignar una misión?

-No te preocupes, lo primero que se habla con Papa Mayo es sobre cosas sin importancia, algo así como si estás dispuesto a trabajar por el mundo y que si darías tu vida por él.

Yo abrí desmesuradamente los ojos y vi que ellos reían, en realidad me estaban bromeando.

Caminamos alrededor de dos horas por entre caminos muy pequeños del campo, y finalmente llegamos a un lugar donde nos esperaba un campesino con tres caballos, los tomamos y partimos, ahora un poco más descansados, a todo galope rumbo al monasterio.

El viaje duró otras dos horas, tuvimos que cruzar ríos y algunas colinas, valles y pequeñas montañas, hasta que llegamos a algo que me pareció una especie de oasis en medio de un campo semidesértico de magueyes y saguaros.

-Esta es la casa de Papa Mayo, aquí es uno de los pocos lugares de la Tierra donde se respira paz y tranquilidad absoluta. Nunca debes revelar la localización de este lugar a nadie a menos que trabajes igual que nosotros en el Círculo Externo y seas encargado de traer candidatos.

Ellos se despidieron y me dijeron que yo tenía que entrar solo, que ahí me iban a estar esperando. Antes de que pudiera preguntarles otra cosa se marcharon.

Me dirigí hasta la puerta y sus muros de casi tres metros de alto no dejaban ver nada de lo que pasaba dentro de la construcción que resultó tener forma de hacienda, con cuartos en el centro de un gran patio y numerosas fuentes que arrojaban un ruido como de riachuelo.

En la hacienda, todo estaba perfectamente ordenado, el mobiliario era sencillo, casi podría decir que estaba libre de polvo. Había varias personas haciendo sus tareas, algunos estaban limpiando, otros al parecer preparaban la comida, y algunos más estaban reparando cosas o cuidando el jardín. Todo se movía como si fuera un monasterio.

Cuando entré, uno de los hermanos frailes me preguntó qué era lo que buscaba ahí, y cuando les dije que buscaba a Papa Mayo, me llevaron hasta donde estaba una persona cuidando el jardín y ahí me dejaron sin decir nada.

El hermano jardinero, no iba vestido de monje, pero usaba ropas humildes, era un señor como de unos 40 años, muy fuerte pero que reflejaba la mayor humildad del mundo. Su tez morena contrastaba con sus ojos que parecían irradiar la luz del sol aún cuando su color era oscuro, el brillo era sorprendente, parecía de momento que lo que brillaba eran lágrimas, aunque después de mirar bien, uno se daba cuenta de que no había lágrimas, era sólo su brillo.

-Hermano Miguel, siéntate, -Lo dijo mientras me señalaba una silla cercana al lado de una hamaca. -Te esperábamos ha pasado algo de tiempo desde nuestro primer encuentro.

-¿Perdón?, ¿ya nos habíamos visto antes?

-Claro, tú te acercaste a nosotros aquella noche cuando te di la hoja con los símbolos, ¿No lo recuerdas?

-Sí, pero, ¿era usted?

-Por supuesto, y eso fue muy significativo. No es muy frecuente que alguien aborde de esa manera a los trabajadores de la luz, fuiste señalado en ese momento, por eso te esperábamos desde ese entonces.

-Hay muchas cosas que quisiera preguntarle, pero no sé por donde empezar. –Le dije.

Las lágrimas me estaban ganando, era como si de pronto sintiera nostalgia de mi familia, de Bernardette, de Philippe, de todo lo que yo había vivido en la cárcel; recuerdo que ya no pude más y me solté llorando.

-Hijo, a veces el espíritu viaja más rápido que la mente. Tu espíritu se está despidiendo de toda tu vida pasada. Estás a punto de entrar al Círculo Interno y algo en tu interior está transformando todo lo que hay que transformar para que la llama de la sabiduría que estás a punto de tocar no te cause mayores efectos.


El jardinero, que era Papa Mayo, tocó mi frente y sólo recuerdo que me dijo: -¿Por qué no descansas ahora en esta hamaca y dejas que el sueño limpie y repare todo lo que deba ser reparado.

Cuando desperté ya había anochecido no estaba en la hamaca sino en una habitación donde había un papelito que me decía: “Cuando te despiertes reúnete con nosotros en la sala que está al final del pasillo”.

Yo sentía que algo había cambiado en mi interior, ya no estaba sufriendo de las angustias que sentí al llegar; veía todo tan familiar que hasta creí haber soñado muchas veces con ese lugar. Creía que había llegado a algún lugar de esos que se recorren en los sueños y que cuando uno lo ve todo le parece muy familiar.

En la sala había unas personas alrededor de una gran mesa y otros hermanos estaban sentados conversando sin mayores preocupaciones. Cuando entré, todos hicieron silencio y se pusieron de pie.

Sentí sus miradas, pero no con la presión que se siente cuando uno ve a desconocidos que lo miran, sino como a grandes compañeros y hermanos que tenía mucho de no saludar. Sentí un gozo enorme y les dije un poco tímido -Hola, soy Miguel.

Todos se abalanzaron sobre mí y me felicitaron y dieron la bienvenida, me dijeron sus nombres y de alguna forma pareciera cuando me los decían, que yo los recordaba más que aprendía, era un poco extraño.

Yo buscaba a Papa Mayo pero él no estaba ahí, les pregunté por él y me dijeron que esperaban que pronto llegara. Ellos me hicieron platicar toda mi vida y algunos veía que se sonreían cuando les comentaba de mis experiencias al curar cuando era pequeño, o cuando hice mis correrías con Philippe, o cuando trabajé con el brujo de Yucatán. Algunos otros me completaban los relatos y yo me sentía como que ellos habían estado ahí de alguna manera, pero me aseguraron que no.

Cuando terminé de comentar toda mi vida me ofrecieron una bebida de color roja muy dulce que sentí como energía líquida y aclaró mi mente.

-Todo lo que has dicho ha sido observado desde aquí. –La voz era de Papa Mayo que acababa de entrar.

-Nosotros en el Círculo Interno del Planeta estamos siempre observando lo que pasa en el mundo, y algunos de nosotros nos dedicamos a observar a los postulantes para ver hasta donde podemos confiar en ellos. A cada uno se le mide cuidadosamente y esperamos pacientemente a que el postulante lance la primera llamada. Ese es un momento importante, nosotros nos damos cuenta de sus intenciones, aún antes de que ellos mismos sepan que vendrán aquí. Sólo esperamos y esperamos.

Tú eras esperado desde hacía mucho tiempo, pero primero teníamos que hacer que el mundo te olvidara, porque alcanzaste una fama muy singular y muy pronto íbamos a tener problemas de gente buscándote; por esa razón la etapa de la cárcel tuvo que ser así de dura, y no tuvimos otras opciones, y también por eso mandamos a Gómez a cuidarte. El hizo bien su trabajo, pues tú ni siquiera sospechaste y no te enteraste de las tantas veces que detuvo enemigos que estaban a punto de asesinarte. En una ocasión sí te alcanzaron pero eso también estuvo planeado, así que no corriste un real peligro, el que te atacó fue hipnotizado y uno de los asaltantes era de los nuestros, así que con eso te puedes dar una idea de cómo es que tenemos que trabajar aquí.

Casi vi cómo Papa Mayo se reía seguramente recordando mi cara al ser atacado, o no se de que otra cosa que debí de haber hecho, pero yo sabía que él se estaba riendo.

-Efectivamente Miguel, nosotros en el Círculo Interno no somos tan serios como parecemos, -dijo leyéndome la mente obviamente- sin embargo, nuestras ocupaciones nos dejan muy poco tiempo para cosas mundanas. Tenemos que empezar tu instrucción rápidamente para que pronto puedas trabajar si así lo deseas en lo que te queremos proponer. La primera fase que les damos a los recién llegados es una instrucción muy general acerca de las funciones del Círculo Interno y después les proponemos una misión que pueden aceptar o rechazar según lo deseen, el libre albedrío es aquí muy respetado.

Mañana empezará tu instrucción y estará a cargo de los hermanos Joaquín y Sebastián que conocen bastante bien el funcionamiento del Círculo Interno. Ellos son los dos hermanos más antiguos de la Orden. Por ahora sería bueno que tomáramos los alimentos y nos dispusiéramos a dormir que mañana será un día muy especial para todos nosotros.

La cena transcurrió muy tranquila y casi en silencio, cuando hablaban lo hacían de una manera muy parca y casi siempre a alguien que estuviera a su lado. Cuando terminamos nos retiramos a dormir y curiosamente no tuve dificultades en conciliar el sueño, de alguna manera yo sabía que había llegado a casa.

Amaneció muy pronto, y cuando abrí los ojos temía que sólo fuera un sueño y que en realidad estuviera todavía en la cárcel, pero afortunadamente no era así y yo estaba en mi pequeña habitación acostado. El ruido de una escoba al barrer me indicó que se me había hecho tarde.

Alonso

Reflexiones desde lo interno

Algo sobre política.

A principios del siglo pasado vivió un hombre que tal vez sea el uno de los más grandes que haya pisado la Tierra. Sus frases son una fotografía de su mente, su alma tenía la fortaleza de una roca aunque su cuerpo fuera tan frágil como el de un niño. Él nos dio una muestra de lo que la congruencia puede hacer cuando es movida por un espíritu indomable guiado por principios universales:

"Mi vida es mi mensaje" dijo una vez... y aunque no recordáramos nada de sus palabras, lo que hizo lo elevó más allá de nuestros horizontes y lo mantendrá permanentemente presente en nuestras mentes.

Mahatma Gandhi comentó en una ocasión: "Hay momentos en tu vida en que te llegan pensamientos que no necesitan ser aprobados desde afuera. Una vocesita interior te dice <>". Y así lo hizo. Logró con su revolución pacífica liberar a la India de la dominación Inglesa y sentar las bases para que un pueblo dividido por la religión, la diversidad de culturas, la pobreza y muchos otros factores pudiera tener un futuro de libertad.

Esto lo contrasto con lo que nos toca ver ahora en nuestros líderes políticos.

¿Congruencia en las palabras de nuestros políticos?... que cambian de partido como si los ideales pudieran ser cambiados dentro de un hombre.

¿Conciencia de hombres de estado?... cuando sus objetivos personales están marcados por los períodos en los que mantienen el poder, sus metas son a 3 ó 6 años (aquí en México). Sus objetivos son los objetivos de sus partidos, no los del país.

La altura de un hombre debiera medirse por sus ideales, por su congruencia, por la claridad de sus mentes, por la limpieza de sus actos.

Tengo problemas para entender que en la Democracia el pueblo piensa lo que sus dirigentes le venden, lo que sus periódicos publican. El pueblo ve, lo único que tiene a su alcance, lo que las pantallas le muestran, lo que los diarios escriben.

El público piensa lo que el político y el cuarto poder, le enseñan a pensar.

Por eso la democracia, tiene sus problemas. El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo puede ser manipulado por intereses muy lejanos a los que él tiene.

Lo vemos en Venezuela, lo vemos en Estados Unidos, lo vemos en Cuba, lo vemos aquí en México y lo seguimos viendo en otros países... el pueblo puede ser manipulado. Tarde o temprano el pueblo decidirá su destino, no tengo la menor duda, sin embargo las lecciones que un pueblo aprende van acompañadas de dolor, de sufrimiento, muchas veces de vidas que se pierden en vano.

Es urgente lo que alguna vez Krishamurti sentenció. "La verdadera revolución no está fuera del hombre, esta dentro de él" todo conflicto interno conducirá inevitablemente a un conflicto externo. El esclavo se rebela contra el dictador, sólo para convertirse en un nuevo dictador. La historia de las sociedades no es sino una espiral donde los oprimidos se vuelven opresores, para luego volver a ser destronados y regresar a ser los castigados. Las sociedades aprenden, pero sólo después de que las lecciones son verdaderamente asimiladas por el espíritu de la raza.

Afortunadamente, la vida nos está llenando de lecciones... desafortunadamente, las voces que se elevan como instructoras del pueblo surgen de una plataforma psicológica de opresión y su postura e ideales llevan implícitamente la palabra "venganza" dentro de sus postulados... un péndulo que sólo arrastra al pueblo de un extremo problemático a otro igualmente lleno de problemas.

¿Seremos capaces de: "estudiar la historia de nuestro país", "ver objetivamente nuestra realidad", "diagnosticar el porque de los eventos", "dibujar un futuro en nuestras mentes" y finalmente "actuar para construir en base a este futuro"?

Eso espero.

Alonso


Reflexiones desde lo interno

Tu Herencia Divina

Tal vez haya momentos en la vida en los que “aparentemente” te sientas abandonado/a, solo/a, o sientas que algo falla, algo te falta, algo que no sabes describir bien…

Cuando llegamos a este mundo lo hicimos cargados, con nuestro cofre bien guardado, trayendo en él nuestra herencia divina

Esa herencia divina es nuestra, nos corresponde, por eso la esperamos, o, más que esperarla, esperamos que se manifieste aquello que sabemos que “es” nuestro, que nos pertenece

Por eso es preciso no olvidar jamás aquello que de algún modo esperas a través de los tiempos

A veces incluso puedes llegar a confundirlo con otras manifestaciones que te hacen creer que lo que esperas no ha llegado para ti, o ha sido de otro modo, o algo no ha salido bien…

Y, NO, es que simplemente aún no era lo que estás esperando

Porque lo que pertenece no es algo que nadie vaya a darte, es algo que ya es tuyo, porque “es” tuyo

Podemos no recordar el modo en que elegimos que se manifestara

Podemos no recordar el momento exacto que elegimos para que sucediera

Pero hay momentos, señales, sensaciones, que nos dicen que se aproxima, que nos recuerdan que lo que es nuestro por derecho propio, por herencia divina, no nos faltará, porque nadie nos lo puede quitar, ya que lo traemos con nosotros

Confiar en Dios, en la vida, en aquello que nos fue prometido y asegurado es tener la certeza de que aquello que esperas no faltará, llegará, se manifestará en su momento

Confía en Dios
Ten la certeza
Escucha a tu corazón y no dudes de él
No dudes de las palabras que escuchas como un susurro de amor, con una sonrisa divina, de aquellos que, conociéndote desde siempre, sonríen al ver tu humanidad dudando de tu presencia, al ver tu humanidad olvidando tu esencia, al ver tu humanidad tan frágil y al tiempo tan valiente, porque elegiste estar aquí, ahora, y pasar por todo esto, y seguir adelante y seguir confiando aún cuando no vieras

Recuerda: tu corazón conoce y sabe
Síguelo
No dudes
No temas
No estás solo/a

maite

Reflexiones desde lo interno

viernes, noviembre 10, 2006

El Arte de Vivir 30 (Novela)

EN LA PRISION


La estancia en la prisión, fue muy dolorosa. De hecho me encontraba en las celdas más aisladas en donde encerraban a aquellos reos que no pueden ser vistos por nadie, me imagino que temían que pudiera yo disuadir a alguien a la lucha armada, de ponerme en contacto con ellos. Me tenían aislado y la comida a la que tenía acceso era tan solo pan y agua, demasiado raquíticos para mí que tenía un cuerpo de más de 1.85 m y alrededor de 100 kilogramos de peso.

Los días pasaban y aunque yo estaba rodeado de amigos en la gran ciudad de México, había muchos de ellos que no podían intentar acercarse a mí so pena de que se les acusara de pertenecer al movimiento del golpe de estado. Otros muchos lo intentaron, según me enteré, pero sin suerte; el General Porfirio estaba más que decidido a parar a cualquier precio los intentos de sacarlo del poder.

En la prisión empecé a repasar todo lo que había aprendido, empecé por recordar lo que había vivido en mi infancia, hice un recuento de las enseñanzas tal como las recordaba, de Miguel y de todos aquellos con los que había compartido mis sueños de alegría. Recordé el día en que me salí de la casa, lo difícil que fue para mí y el apoyo que Philippe me dio.

Recordé una a una todas las leyes y principios que él me había explicado y lo importante de poder mantener siempre el control de uno mismo aún cuando las circunstancias no parecieran ser favorables. Tal era el caso ahora, mis carceleros se mostraban sorprendidos de cómo era posible que yo no mostrara ningún coraje ni indisposición por la situación en que me encontraba.

Según me enteré después, los otros nobles que fueron arrestados habían hablado y revelado todo acerca del movimiento con tal de que los sacaran de la prisión, no soportaban ver reducida su libertad y su comida. Hubo alguno que se suicidó, otros que se desesperaron a tal grado que enfermaron y murieron.

Nadie podía soportar esas mazmorras, estaban obscuras la mayor parte del tiempo, un débil rayito de luz se filtraba por una rendija del techo por escasos momentos alrededor de mediodía. Sólo para alumbrar a las ratas y a toda clase de insectos que se escurrían por las paredes en busca de la escasa comida. Para mí todo se reducía a esperar a que apareciera el pequeño rayito de luz, era para mí como el contacto con mi Padre Solar, era como si él me explicara todas sus razones y sus misterios de por qué tenía yo que estar ahí.

En una de mis meditaciones entendí que antes de que un iniciado pase por el lugar secreto que da acceso a la Gran Puerta del Círculo Interno tiene que pasar por el “estrecho sendero del renunciamiento”; tal vez eso era lo que me estaban probando, no lo sabía.

Mis carceleros, aunque eran de por sí malos en su comportamiento, no lo eran por dentro, si con el resto de los reos se portaban de manera cruel y despiadada, pronto aprendí a que cuando les hablaba de sus familias y de cómo ayudar a resolver sus problemas con sus hijos y sus esposas rápidamente se ablandaban y me tenían un poco de consideración. Aprendí de lo que el alma humana es capaz cuando puede hablar a través de las máscaras que encierran a los seres humanos en cárceles más profundas que las que yo estaba experimentando. Aprendí a través de las pláticas con ellos, mis carceleros, que el ser humano es una débil criatura que busca desesperadamente ser feliz sin poder conseguirlo, es alguien que por una palabra de amor y un poco de cariño es capaz de darlo todo.

Ellos aprendieron a respetarme y me guardaban los mejores panes para mí, sabían que yo era diferente, que no podía ser malo aunque a cada vez que yo les preguntaba de la situación afuera me decían que estaba peor, que mejor me quedara adentro donde ellos podían cuidarme. Se les tenía prohibido hablar de las cosas que pasaban afuera, pero conmigo desafiaban sus instrucciones.

Con el tiempo me hicieron llegar velas y pude empezar a alumbrarme, durante el tiempo de oscuridad, yo seguía con mis meditaciones y repasando las lecciones. No sé cuanto tiempo pasé encerrado, tal vez fue más de un año. Ya nadie abogaba por mí, según me dijeron, la gente no se acordaba que yo había existido, se corrió el rumor de que yo había muerto y la gente olvidó todo sobre mí, mi casa y mis libros habían sido vendidos o confiscados por algunas personas malvadas; y por otra parte no tenía la menor idea de lo que hubiera pasado con mi familia a la que escribía al menos tres veces por año.

Todo transcurría igual aunque yo empecé a escribir un tratado sobre plantas medicinales, pues mientras estaba en la prisión mis amigos carceleros ya me permitieron tener luz propia y me cambiaron de celda convencidos de que yo no representaba ningún peligro para su presidente.

No tenía idea si algún día me dejarían salir o si me mantendrían ahí por el resto de mi vida, por esta razón decidí invertir el tiempo que tenía disponible, que era mucho, en lo que yo pensaba era más productivo. Traté de recordar todo lo que sabía y escribirlo de la manera más clara posible, así nació el primer tratado sobre plantas medicinales de México, en la oscuridad de una prisión a donde había sido yo llevado en contra de mi voluntad.

A pesar de todas las incomodidades que tenía que pasar como parte de mi prisión, mis carceleros hacían todo lo posible por darme lo que era mejor para mí, me habían trasladado a la que se consideraba como la celda más cómoda que normalmente era destinada para algunos prisioneros que sólo caían de paso por ahí y que usaban solamente para advertirles que se portaran bien. Yo les convencí que pudiera utilizarse como pequeña sala de convalecencia para enfermos que yo podía atender y así poco a poco empecé a ser considerado como el médico de la prisión.

Cierto día llegó un carcelero nuevo. Un indio de gesto muy severo que venía como jefe custodio de los demás que ahí se encontraban. Al parecer había sido nombrado por el mismo general Díaz, pues le habían llegado noticias de que se gestaba una fuga masiva de la prisión.

La función de este señor Gómez, como se llamaba, era descubrir quién era el cabecilla del movimiento.

Como era de esperarse, el trato se endureció a un punto bastante insoportable. Se decidió separar los horarios de salida al patio de la prisión, los reos sólo podíamos salir al patio durante un par de horas y en diferentes horarios. No podía haber reunidas más de tres personas platicando, pues en ese momento nos hacíamos acreedores de un mayor castigo. Asimismo se racionaron los alimentos a un grado tal que la debilidad de todos los prisioneros se fue haciendo evidente. Mi celda-enfermería fue cancelada y me quedé solo. Aunque mis carceleros me seguían teniendo consideración, yo no me escapaba de las nuevas medidas del Sr. Gómez.

Una mañana llegó el mismo Sr. Antonio Gómez a mi celda.

Pidió que le dejaran solo conmigo y me preguntó.

-¿Es usted el señor Miguel?, ¿el doctor?

-Así es.

-Tengo algo que decirle que tal vez lo sorprenda. Le traigo un mensaje de Papa Mayo.

-¿Perdón?

-No puedo estar mucho tiempo con Ud. y no me permiten explicarle mucho. Sólo debe saber que él ya está enterado de sus intenciones, tenga paciencia. Y salió de mi celda.

Mis carceleros temían por mi suerte, muy pronto me preguntaron que era lo que me había dicho, yo les tranquilicé diciéndoles que sólo quería consultarme, pero en toda la prisión eso fue como una señal. Algunos de los reos tomaron eso como una señal inequívoca de que yo era una especie de soplón que tenía todas las ventajas de la prisión, a cambio de revelar planes secretos. Ahora mi situación se volvía más peligrosa, pues mis propios compañeros empezaron a dudar de mí y algunos de ellos no dudarían en matarme si tenían la oportunidad. Me culpaban de algunas cosas que habían pasado y de todos sus pesares.

Yo tuve que hablar con mis carceleros y pedirle al Sr. Gómez que reconsiderara mi situación, las cosas estaban dando una vuelta inesperada. En una noche fui atacado y de no ser por los ruidos que se tornaron muy altos cuando en los forcejeos unas bandejas que yo tenía en el piso se cayeron haciendo un ruido estridente, tal vez hubiera muerto. Nunca vi a mis atacantes pero ese incidente precipitó que me sacaran de la prisión y me llevaran como médico a otra ala del reclusorio.

Ya no estaría en celdas, me habían adjudicado una pequeña estancia que yo debía de mantener en perfecto estado de limpieza además de atender a los enfermos que me llevaban, que ya no eran reos, sino más bien, custodios y personal de administración que me trataban siempre muy mal al principio y conforme se iban mejorando en su salud, suavizaban su trato conmigo.

Pasaron otros dos años de la entrevista secreta con el Sr. Gómez y hasta esa fecha, no podía yo entender qué tenía que ver este señor con la personalidad de Papa Mayo. Sus palabras las repetía una y otra vez en mi mente sin saber que pensar ¿sería aceptado? ¿me iban a sacar de ahí? ¿qué era lo que podía yo esperar?

Después de la entrevista con el Señor Gómez y del incidente en el que me vi envuelto, mi vida volvió a tomar una nueva ruta, pues empezaba a sentir un interés muy especial por todo lo que se relacionara con la vida del personal custodio. Quería saber si no habría algún personaje oculto entre ellos que tuviera nexos con las personas del “Círculo Interno”, en pocas palabras volví a sentirme intensamente obsesionado con la idea de que mi estancia en la cárcel era únicamente como un entrenamiento, que era necesario para poder llegar a alcanzar un conocimiento que requería para estar dentro de los candidatos a pertenecer al “Círculo Interno”.

Unos días después de yo alcanzar mis 40 años de edad, se apareció ante mí otra vez el Sr. Gómez, esta vez muy sonriente. Estuvimos charlando de una manera en que yo hacía mucho no acostumbraba hacerlo con el personal administrativo, normalmente ellos eran muy severos y no permitían que nosotros tuviéramos ninguna consideración especial, temían crear vínculos con los reos que después les impidieran tener una imparcialidad que se les exigía a todos. Sin embargo, algo me inspiró confianza en el rostro del Sr. Gómez, de hecho él no me había visitado más que en un par de ocasiones en los últimos cuatro años después de la plática que habíamos tenido. En una ocasión le pregunté que era lo que había querido decir con aquello de que Papa Mayo ya sabe de mis intenciones, pero él ignoró la pregunta y hasta llegué a pensar que lo que había dicho aquella vez lo había hecho en trance, o bajo algún estado hipnótico.

Esta vez era diferente. Cuando al final de su amable conversación me notificó que había conseguido una dispensación para mí a cambio de alejarme de la vida pública, me sorprendí demasiado. Pregunté que era eso de alejarme de la vida pública, pues yo nunca había sido un personaje público, yo era solamente el doctor al que mucha gente visitaba.

Él me explicó que ante los ojos de los demás yo había sido considerado como un personaje muy importante de la vida pública y que mis opiniones eran de vital interés para todos los de la alta sociedad. Ahora, con más de cinco años de prisión la gente empezaba a olvidarme y él había conseguido el perdón de mi pena si prometía alejarme de la ciudad y no ejercer ya más la medicina.

Eso por supuesto que me resultaba inaceptable. Yo era por sobre todas las cosas médico, ¿Qué iba a hacer ahora?. Era la mejor manera de prestar un servicio a la sociedad. Él hizo un gesto muy extraño y me dirigió unas palabras que ahora todavía las recuerdo como si las hubiera escuchado ayer.

-Mire Doctor, en la vida que seguimos no somos más que servidores de Dios, los papeles que de momento jugamos son temporales, usted es médico ahora, pero puede ser otra cosa mañana. Yo no era custodio, yo trabajaba como agricultor cuando se me indicó que tenía que venir para acá y cuidar de usted. Ahora ya llegó el momento que esperaba y mi misión llega a su fin, mañana yo dejo esta prisión y me voy a dirigir hacia el sur, allá tengo un asunto que me mandan arreglar, ahora voy a ser político. Bueno, uno nunca sabe lo que le tocará hacer.

-Mire, no se preocupe, cuando salga lo estará esperando el Fraile Martín, él lo guiará hasta unos buenos amigos que están esperando su llegada y lo conducirán hasta donde pueda sentirse seguro. Ya verá, yo me tengo que retirar y piénselo bien, mañana le van a hacer unas preguntas y lo harán firmar unos papeles; yo les dije que usted estaba decidido a convertirse en fraile, pues su vocación es hacia Dios, no me fue difícil convencerlos de esto pues su historial de servicio habla muy bien de usted, así que todos piensan que se convertirá en fraile. Nos estaremos viendo por los caminos de la vida doctor, que Dios lo bendiga.

Al día siguiente, sucedió tal como me lo había descrito y muy pronto salí a la calle con mis escasas pertenencias que eran más libros que otra cosa. Sólo me esperaban dos frailes, uno era el que me había mencionado Martín y el otro Pedro, aquellos dos compañeros que me había encontrado cuando iba a buscar a Papa Mayo. Ahora, vestidos de Frailes no los reconocí hasta que ellos me recordaron el incidente. Ahora todo empezaba a tener sentido, bueno, casi todo.

Alonso

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