COINCIDENCIAS
No me considero un principiante en matemáticas, de hecho soy algo que en calidad se llama Black Belt (es decir, alguien que ya tomó una serie de entrenamientos en estadística un poco avanzada). También soy Físico así que no desconozco las leyes naturales con las que supuestamente se creó el universo. Sin embargo déjenme comentarles algo de lo que me pone a pensar.
Mis cavilaciones empiezan en el momento justo cuando el sol empieza a enfriarse y como parte de su movimiento de rotación desprende algunas partes de su masa incandescente que posteriormente se transforman en planetas. Uno de ellos, curiosamente y contra todas las estimaciones que pudieran haberse hecho a priori, resulta tener el tamaño exacto y localizarse justo a la distancia exacta para que posteriormente y después de algunos millones de años, apareciera la vida en él, justamente la nuestra.
Pero la cosa no para ahí. La combinación de los componentes primarios que conformaron nuestra atmósfera fueron exactamente los necesarios para que se creara el caldo primigenio de donde la ciencia concluye que se formaron al azar los primeros aminoácidos que son la base de las substancias orgánicas de que está formada la vida.
Si el tamaño de la Tierra permitió que se formara una atmósfera y la distancia permitió que la temperatura fuera la necesaria para que pudiera darse el proceso de enfriamiento de donde resultó la vida. Lo increíble es que de todos los elementos que podían combinarse, los que lo hicieron fueron exactamente los que nosotros requeríamos.
Nuestra vida está basada en el carbono, es decir, son los compuestos del carbono los que dan lugar a las moléculas que forman las células. Pero una vez que se formaron los primeros organismos vivos, inició la evolución. ¿Qué hizo que las primeras células independientes se organizaran y formaran organismos más complejos y evolucionaran hasta llegar al hombre? Bueno, ahora sabemos que Darwin postuló la ley de la selección natural, pero ¿por qué existe esta ley? Nadie lo sabe, pero es un hecho afortunado que exista.
Como tampoco sabemos porque los átomos tienen en el núcleo varios protones aunque su carga es positiva y se repelen (como los polos positivos de un imán que al pretender juntarlos se repelen) . Sabemos sí, que existe otra fuerza de atracción mucho mayor que la de repulsión llamada fuerza nuclear, que afortunadamente existe y mantiene unidos a los núcleos de los átomos, de lo contrario, no existiríamos. Ni nosotros ni las estrellas.
Y una vez que aceptamos que la vida apareció, bueno, siguen las afortunadas coincidencias: ¿cómo explicamos que nosotros hallamos sobrevivido a todos nuestros depredadores? Los paleontólogos nos dicen que fue gracias al cerebro y a la forma como tenemos las manos que nos permitió organizarnos, pensar, aprender de nuestras experiencias y fabricar herramientas útiles que marcaron la diferencia entre nosotros y los demás animales contra los que competimos. ¿No creen que fuimos muy afortunados al desarrollar un cerebro más grande y unas manos como las que tenemos?
Una vez que la sociedad apareció, siempre apareció la competencia entre nosotros mismos, tal vez como parte del mismo principio de selección natural. Hubo pueblos conquistados por otros que eran de naturaleza guerrera, siempre ha habido algunos que deseen conquistar a los demás, esa es la historia de los pueblos. Así es como se enriquecen las culturas, me dirán los sociólogos, y no discuto eso, ese no es mi punto. Lo que considero muy afortunado es que teniendo las armas que tenemos, no nos hallamos destruido como civilización (aunque al parecer hemos estado muy cerca de hacerlo).
Ahora apunto el telescopio de mi cavilaciones hacia puntos más cercanos y personales. El hecho de que mi padre naciera justamente después de que cinco de sus hermanos menores murieran de sarampión en una época cuando todavía la vacuna no estaba disponible en todo México resultó muy afortunado para él y por supuesto para todos mis hermanos incluyéndome. El hecho de que él hubiera decidido venir a trabajar a Monterrey, estudiara para maestro y se hiciera director de una escuela primaria, justo aquella a donde mi madre se acercó a pedir trabajo, fueron sin duda grandes decisiones de las que estoy muy agradecido.
El hecho de que se casaran y decidieran tener una gran familia (somos diez hermanos) resulta bastante afortunado para todos nosotros y han permitido que estas líneas puedan ser escritas.
Estoy seguro que comparto muchas de las afortunadas coincidencias con ustedes y que seguramente ustedes podrían mencionar otras cientos de ellas. Y si ustedes leen este texto será igualmente otra coincidencia que estamos compartiendo, ahora mis preguntas serán también parte de las vuestras.
Concluyo entonces: La vida no otra cosa que una serie de coincidencias que desafiando toda probabilidad estadística (a priori) van escribiendo nuestra biografía. No tengo la menor intención de polemizar con la teoría estadística porque seguramente habrá quién afirme que en estos hechos no hay nada violatorio a la matemática y por lo tanto no hay nada extraño.
Aunque yo prefiero pensar como lo hace Pablo Milanés en aquella famosa canción “Coincidir” de (Alberto Escobar):
Soy vecino de este Mundo por un rato,
hoy coincide que también tú estas aquí,
coincidencias tan extrañas de la vida,
tantos siglos, tantos mundos,
tanto espacio y coincidir.
Ahora me pregunto: ¿cuál es la probabilidad de que en este momento la secretaria de mi oficina se acerque a mi y me ofrezca un café? Cualquier matemático diría que es bastante baja, dado que ella tiene una serie de opciones infinitas... ¿pero si yo le hablo y le digo que tengo ganas de tomar café?
Por supuesto que el evento se hace bastante más probable. Yo cambié la probabilidad de los eventos.
Si me pregunto ¿cuál era la probabilidad de que mi padre viviendo en el pueblo donde vivía, conociera a mi madre que estaba viviendo en otro pueblo a doscientos kilómetros de distancia? Cualquiera diría que bajísima. Pero ambos se conocieron... ¿quién habrá cambiado la probabilidad de esos eventos? ¿quién habrá hecho que la Tierra se ajustara a esta órbita que hoy tenemos? ¿quién habrá hecho que los mamíferos evolucionaran hasta dar lugar a que aparecieran los seres humanos?
Creo que todos lo sabemos muy en lo interno. Y... ¿saben qué? Hemos sido muy afortunados.
Alonso
Reflexiones desde lo interno

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